La diseñadora Vivienne Westwood se suma a protesta contra el 'fracking'

La diseñadora británica Vivienne Westwood protesta contra la fractura hidráulica frente al Tribunal Supremo, en Londres.
La diseñadora británica Vivienne Westwood protesta contra la fractura hidráulica frente al Tribunal Supremo, en Londres. / EFE
Efe
18 de diciembre 2018 - 11:27

La diseñadora británica Vivienne Westwood se sumó este martes a una protesta contra el "fracking" (la fractura hidráulica) ante el Tribunal Supremo, en Londres, donde varios activistas presentaron el último desafío legal contra la técnica de extracción de gas y crudo.

En una vista judicial ante la máxima instancia judicial británica, el juez Ian Dove será el encargado de escuchar los argumentos de los activistas y también del Ministerio de Vivienda, Comunidades y Gobierno Local sobre la legalidad de la técnica.

En declaraciones a los medios antes de la vista, Westwood dijo que "el ochenta por ciento de los británicos no apoya la fractura hidráulica" y sentenció que "la democracia no está funcionando", porque el Gobierno británico "está dominando la opinión pública y el gobierno local" sobre esta extracción.

Junto a la diseñadora británica, su hijo y fundador de la organización "Talk Fracking" (Hablar de fractura hidráulica), Joe Corre, alentó a "poner fin a esta locura que no tiene cabida en los tiempos actuales de emergencia climática que estamos viviendo".

Según Corre, el gobierno "está tan desesperado por hacer que la fractura hidráulica sea más fácil para sus amigos de la industria de los combustibles fósiles, que ha tratado de eludir la objeción" de los hechos científicos y la voluntad de la gente.

Desde los grupos "Friends of the Earth" (Amigos de la Tierra) y "Talk Fracking" consideran que una nueva guía de planificación del gobierno sobre esta nueva y controvertida técnica de extracción es ilegal, señalaron los medios.

Principalmente, estos activistas establecen que la ilegalidad del documento radica en la carencia de una consulta pública previa o de una evaluación sobre el posible impacto medioambiental que podría acarrear la fractura hidráulica.

Este caso ha llegado a la máxima instancia judicial después de que la lucha de los activistas por considerar esta práctica ilegal fracasara en tribunales de menor rango.

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