Entendiendo los aranceles de Trump y su impacto en Panamá

Donald Trump, presidente de EEUU, muestra una placa con los aranceles aplicados a varios países / AFP

Ciudad de Panamá/El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, sacudió ayer los mercados internacionales —y la historia comercial— al anunciar el programa más comprensivo y sustancial de aranceles de ese país, al menos en el último siglo. Esto pone en jaque a las cadenas globales de suministro, las cuales rápidamente deberán reaccionar para asegurar su supervivencia.

La razón por la que estos aranceles son tan impactantes es porque Estados Unidos es el principal comprador de bienes del mundo en términos de valor, importando anualmente más de $3 millones de millones de dólares en bienes, más de un octavo del valor de todas las importaciones globales. El segundo país que más importa en términos de valor es la República Popular de China, con $2.5 millones de millones en importaciones, y el tercero es Alemania, con $1.5 millones de millones.

Adicionalmente, las cadenas de suministro hoy día se han diversificado y ampliado, por lo que muchos productos pasan por Estados Unidos para recibir valor agregado antes de llegar a su país de consumo final. Esto significa que los nuevos aranceles estadounidenses también afectarán estas cadenas de suministro, aunque el producto final no termine en Estados Unidos. El golpe será particularmente doloroso para varias economías emergentes, que han desarrollado un flujo de exportación de materia prima o componentes básicos hacia Estados Unidos.

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Trump anunció los nuevos aranceles desde el Jardín de Rosas de la Casa Blanca, locación irónica para tal anuncio considerando que ese jardín fue establecido durante la presidencia de Woodrow Wilson, quien en 1913 avanzó una reforma fiscal de gran magnitud para reducir los aranceles estadounidenses. Wilson consideraba los aranceles como un impuesto injusto que solo favorecía a los intereses especiales.

Ese Jardín de Rosas fue rediseñado en 1961 bajo la presidencia de John F. Kennedy, hijo, quien también avanzó una agenda agresiva contra los aranceles estadounidenses, atrayendo a más de 60 países a una ronda histórica del Acuerdo General de Aranceles y Comercio (GATT, por sus siglas en inglés) en 1964.

Esas memorias distantes estaban ausentes el día de ayer, cuando Trump caminó al podio del jardín para anunciar su nuevo programa arancelario. “Este es el Día de la Liberación,” dijo Trump, “el cual hemos estado esperando por mucho tiempo”.

Trump enmarca su programa arancelario como el renacimiento de la industria estadounidense, bajo el argumento de que los altos aranceles ya sea atraerán más capital a Estados Unidos para producir o forzarán a otros países a reducir sus propios aranceles de importación sobre productos estadounidenses. Y aunque los aranceles son pagados por el importador del bien, el golpe a la demanda lo percibe el país exportador.

“Nuestro país ha sido saqueado y violado por naciones cercanas y lejanas, tanto amigos como enemigos,” aseveró Trump, estableciendo sus premisas para el alza arancelaria. “Hemos observado con angustia como líderes extranjeros robaban nuestros empleos, tramposos extranjeros robaban nuestras fábricas y explotadores extranjeros destrozaban nuestro sueño estadounidense,” sentenció.

No obstante, cabe indicar que esta versión de la historia omite que mucha de la producción y empleo estadounidense salió de ese país por decisión de empresarios estadounidenses que activamente trasladaron sus fábricas a otros países en búsqueda de costos más bajos.

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Ciudad de Panamá / Foto/TVN-2.com

Poder

En Estados Unidos, el presidente tiene casi que poder omnímodo o completo sobre la política comercial, debido a leyes aprobadas en la década de 1970. Por esto, Trump tiene la capacidad, mediante sus órdenes ejecutivas, de reformular los aranceles estadounidenses en la escala histórica que se vio ayer. No obstante, es probable que se den retos legales contra su nuevo programa, igual que se han dado retos legales contra varias de sus políticas públicas.

Trump caracterizó los aranceles como “recíprocos”, es decir, aquellos países que imponen aranceles a productos estadounidenses recibirán un trato similar por parte de Estados Unidos. Sin embargo, el análisis de expertos comerciales posterior al anuncio de Trump sugiere que los números anunciados por la Casa Blanca no necesariamente coinciden con la realidad arancelaria, elevando cuestionamientos de cálculos erróneos.

El presidente estadounidense indicó que el propósito de los aranceles era generar dinero para las arcas de su país. Esto con la meta de financiar recortes tributarios —Trump ha dicho que le gustaría eliminar el impuesto sobre la renta— y avanzar con el pago de la deuda pública. “Los empleos y las fábricas volverán con fuerza a nuestro país. Impulsaremos al máximo nuestra base industrial nacional,” agregó Trump, detallando la visión a mediano plazo de su política arancelaria.

Penalización

Trump justificó su decisión diciendo que “durante décadas, Estados Unidos redujo drásticamente sus barreras comerciales a otros países, mientras que esas naciones impusieron aranceles masivos a nuestros productos y crearon barreras no monetarias atroces para diezmar nuestras industrias. Manipularon sus monedas, subsidiaron sus exportaciones, robaron nuestra propiedad intelectual, impusieron impuestos exorbitantes para perjudicar nuestros productos, adoptaron reglas y estándares técnicos injustos y crearon paraísos de contaminación”.

En particular, Trump mencionó a Canadá, Corea del Sur, India, Tailandia, la Unión Europea y Vietnam como naciones que estarían beneficiándose desmedidamente de la política comercial estadounidense.

Por ejemplo, el presidente estadounidense indicó que Canadá impone costos prohibitivos a la entrada de leche estadounidense a su país, mientras que la Unión Europea prohíbe la entrada de pollo estadounidense. Trump implicó que mientras existan estas barreras, sus aranceles se mantendrán.

Las críticas de Trump también estuvieron dirigidas al acuerdo comercial de América del Norte (NAFTA, por sus siglas en inglés), el cual tildó de ser “el peor acuerdo comercial jamás hecho”.

“Nuestro país perdió 90 mil fábricas [y] se perdieron cinco millones de empleos manufactureros,” afirmó Trump.

El presidente también implicó que los aranceles obedecen a una necesidad de supervivencia comercial y marítima, apuntando su mira a China. “Un solo astillero en China produce hoy día más barcos al año que todos los astilleros estadounidenses combinados”.

“Los déficits comerciales crónicos ya no son solo un problema económico, sino una emergencia nacional que amenaza nuestra seguridad y nuestra forma de vida,” dijo.

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Costos

El primer arancel confirmado por Trump en su discurso ayer fue uno de 25% sobre todos los automóviles fabricados fuera de los Estados Unidos, una movida que algunos analistas consideran elevará el precio de los autos en ese país por más de $10 mil la unidad.

Luego, reveló sus aranceles específicos, detallados por país.

China fue el objeto de las alzas arancelarias más fuertes, con aranceles específicos de 34% sobre sus productos. Esto, por encima del 20% ya establecido, por lo que el arancel completo será de 54%.

Vietnam, nación que hasta ahora se ha estado perfilando como un hub de comercio internacional, deberá enfrentar aranceles de 46% hacia Estados Unidos. Y la Unión Europea fue cargada ayer con aranceles adicionales del 20%.

La gran mayoría de los países enfrentará aranceles de importación a Estados Unidos del 10%, en algunos casos anulando disposiciones comerciales ya establecidas con ese país.

De hecho, la relevancia y vigencia de los acuerdos comerciales internacionales recibió ayer un fuertísimo golpe, parte del deterioro veloz de los sistemas del orden internacional establecido posterior a la Segunda Guerra Mundial.

Notablemente, Rusia no aparece en la lista de países afectados por los nuevos aranceles, aunque Trump ha sugerido que podría tomar acciones comerciales contra Rusia en el caso de que no accedan al acuerdo de cese al fuego que está negociando Estados Unidos con Ucrania.

Otro detalle es que la lista de naciones a las que se les estará aplicando aranceles está titulada “Países” y Taiwán aparece como su propio país, tres puestos por debajo de la República Popular de China, a pesar de que Estados Unidos formalmente reconoce la política de Una Sola China.

Puerto de contenedores. / TVN Noticias

Panamá

Panamá fue incluida en la lista de aranceles con el cargo base de 10% anunciado para los países en general. Queda por esclarecer cómo cuaja este cargo con las disposiciones ya establecidas en el Tratado de Promoción Comercial (TPC) con Estados Unidos, firmado en 2007 y que entró en vigencia en 2012. Incluso queda por ver si el tratado seguirá siendo aplicable del todo.

Para referencia, el valor total de las exportaciones de Panamá a Estados Unidos cayó ligeramente en los últimos quince años, pasando de $160 millones en 2012 a $121 millones en 2022. Las importaciones, por el otro lado, se han mantenido cerca de los $3,000 millones durante ese mismo periodo, con la excepción de la caída causada por la pandemia del COVID-19.

Si detallamos únicamente el comercio de bienes, se observa que, en 2023, Panamá importó $2,700 millones en bienes estadounidenses y exportó a Estados Unidos bienes por $140 millones.

Y si separamos las líneas comerciales contempladas por el TPC, la exportación de Panamá a Estados Unidos pasó de menos de un millón en 2013, a cinco millones en 2017, y cerca de $10 millones ahora. Y la importación de productos estadounidenses bajo el TPC pasó de $600 millones en 2013 a más de mil millones de dólares hoy día.

Para reseñar, la dependencia de Panamá de productos estadounidenses se ha mantenido relativamente estable en el tiempo, con más de la misma manejada bajo el TPC, mientras que la exportación de Panamá a Estados Unidos se ha contraído ligeramente a pesar de que más de esta exportación se maneja a través de los parámetros del TPC.

Reacciones

Los mercados no han tomado la noticia bien. Las bolsas asiáticas fueron las primeras en recibir el impacto, ya que fueron las primeras en abrir posterior al anunció de Trump. El índice Nikkei, por ejemplo, perdió 3% de su valor en un solo día.

Y falta ver cómo reaccionarán los mercados occidentales durante el día de hoy, aunque el comercio posterior al cierre de ayer no mostraba buenas señales. Por mencionar un caso de alta relevancia, se prevé que las acciones de la gigante tecnológica Apple caerán más del 5%.

Por otro lado, el índice de volatilidad —calculado por la Bolsa de Opciones de Chicago— se mantiene por encima de los 20 puntos, señal de ansiedad financiera. Y el índice del dólar —calculado por ICE Data y que mide la fortaleza del dólar— continuó el descenso que empezó en enero de este año, apuntando a un rechazo de los mercados a la nueva política arancelaria.

Futuro

“A todos los presidentes, primeros ministros, reyes, reinas, embajadores y demás extranjeros que pronto llamarán para solicitar exenciones de estos aranceles, les digo que eliminen sus propios aranceles,” exhortó Trump. “Y comiencen a comprar decenas de miles de millones de dólares en productos estadounidenses”.

Para referencia, Panamá mantiene, en general, aranceles hacia Estados Unidos que fueron pactados por ambos países en 2007 y que vienen disminuyendo desde entonces. Además, compra varios miles de millones de dólares al año en productos estadounidenses, por lo que no queda claro qué precisamente tendría que hacer Panamá en materia comercial para sacudirse de encima los costos de entrada de sus bienes a Estados Unidos.

Si bien la exportación de bienes de Panamá a Estados Unidos no es de una magnitud comparable a la importación, el nuevo arancel merma las iniciativas de Panamá de aumentar tales niveles de exportación hacia Estados Unidos.

Y además queda por ver si la efectividad que tendrá Panamá de quitarse de encima el nuevo arancel impuesto responderá no sólo a nuestra política comercial, sino también a nuestra relación con la República Popular de China, o a las declaraciones que ha hecho Trump de querer recuperar el Canal de Panamá.

Lo cierto del caso es que Trump sonó ayer una pistola de salida que empujará a los países del mundo a una carrera apresurada para ya sea apaciguar las críticas de Trump y restaurar las líneas comerciales con Estados Unidos o imponer sus propios aranceles de represalia para buscar forzar un cambio de política.

Panamá no está excluida de esta carrera, por lo que las capacidades y competencias del Ministerio de Relaciones Exteriores y del Ministerio de Comercio e Industrias, entre otros, serán puestos —aún más— a la prueba.

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