Lidia Valentín, una española a por la medalla olímpica de halterofilia

Lidia Valentín
Lidia Valentín / Julian Finney/Getty Images
Gabriel Rubio Girón
22 de julio 2016 - 12:55

España/"China ahora mismo es el principal rival y Corea del Norte", considera la española, doble campeona de Europa en 2014 y 2015.

En un deporte visto por la mayoría como de hombres, la española Lidia Valentín ha dado visibilidad a la halterofilia en su país con sus éxitos y espera en Río-2016 subir al podio olímpico.

Quinta en Pekín-2008, cuarta en Londres-2012, Valentín confía ahora en pisar el podio en los próximos Juegos, su gran obsesión, para la que se prepara en el Centro de Alto Rendimiento deportivo de Madrid.

"El oro es muy complicado", reconoce a la AFP esta mujer coqueta de 31 años que se maquilla para las competiciones y tiene claro que "en todo lo que dependa de mí voy a poner el 100% y después las posiciones vienen solas".

La española no esconde que los últimos positivos en controles antidopaje y la subsiguiente sanción de figuras como la campeona olímpica en Londres, la kazaja Svetlana Podobedova, "me abren más opciones".

Precisamente, si este positivo es ratificado por los organismos internacionales Valentín obtendría el bronce de Londres-2012, aunque ella misma reconoce que no es lo mismo que subir al podio y se muestra harta de los casos de dopaje en su deporte y la mala fama que dan al mismo.

- Atleta "legal" -

"Es un deporte que está manchado por el dopaje, y sobre todo a países como España y otros muchos nos restan medallas", cree, poniéndose muy seria al hablar de este tema.

"Personalmente compito de forma limpia, de forma legal, respetando en todo momento los valores del deporte y creo que todos deberían hacer los mismo porque si no, juegan con ventaja y eso no es justo", añadió.

Detentora del récord de España con 124 kilos en arrancada y 150 kilos en dos tiempos para hacer un total olímpico de 274 kilos, esta joven rubia, fue plata en arrancada en el Mundial de 2013 en Polonia, donde también fue bronce en dos tiempos y total olímpico, además de bronce en arrancada en el Mundial de 2014.

Natural de Camponaraya, un pequeño pueblo de Castilla y León el noroeste de España, recuerda que llegó a la halterofilia "con once años por casualidad".

Un profesor de halterofilia la animó.

Tras probar, "ya decido entrenar todos los días. Veo que voy destacando, que voy ganando, entonces me empiezo a motivar y digo 'pues sí, me gusta y encima soy buena'", relata con una sonrisa.

Reconoce que a su madre no le hizo mucha gracia al principio por ser un deporte poco femenino, "tal vez por desconocimiento", pero luego eso cambió ante una carrera ascendente.

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