Acuerdo económico global sucita recelos en la sociedad civil latinoamericana
Chile, México y Perú, tres de los doce países que esta semana sellaron el TPP, han celebrado la conclusión de este acuerdo que crea la mayor zona de libre comercio del planeta, pero el secretismo sobre su contenido levanta recelos en sectores afectados y en la sociedad civil.
Los presidentes de los tres países, la chilena Michele Bachelet, el mexicano Enrique Peña Nieto y el peruano Ollanta Humala están convencidos de que es un hito histórico en la liberalización del comercio internacional. Crea "nuevas reglas" con "altos estándares", sentenció este viernes Bachelet.
Aunque algunas organizaciones han ido destilando algunos detalles, el grueso del paquete sigue siendo secreto.
Las organizaciones que defienden los intereses de la sociedad civil son las primeras en poner el grito en el cielo.
"Creemos que el acuerdo sienta un precedente peligroso para la democracia, la transparencia y los futuros acuerdos comerciales", ha alertado la ONG OXFAM.
"El secretismo es la forma en que el poder de las corporaciones puede desplegarse sin obstáculos para diseñar acuerdos comerciales internacionales e imponer cambios fundamentales para su beneficio en las políticas públicas", criticó el viernes la organización "Consumers Internacional", que reúne a más de 250 organizaciones de 120 países.
Tanto Chile como Perú y México cuentan ya con una amplísima apertura comercial.
En el caso chileno, el país tiene TLCs con todos los países miembros del TPP, que integran además Perú, Australia, Brunei, Canadá, Estados Unidos, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Singapur y Vietnam.
Para Chile "no existiría un beneficio económico asociado, por tanto la respuesta a la suscripción de este acuerdo deberían buscarse más en el ámbito político que económico", dijo a la AFP Claudio Ruiz, director de la ONG Derechos Digitales, crítica del acuerdo.
Ampliar zona de influencia
Para los presidentes de los tres países sudamericanos, se trata más bien de ampliar el área de influencia en una de las zonas económicas más pujantes del mundo.
"Nos inserta de una manera más plena en una zona prioritaria para la estrategia de desarrollo de Chile", dijo la presidenta chilena, cuyo país registró en 2014 un intercambio comercial con este bloque de 45.763 millones de dólares.
México lo ve también como una "gran oportunidad de acceso y acceso justo a mercados crecientes" y como una "modernización de la plataforma del tratado de libre comercio de América del Norte, Nafta", en el que participan también Estados Unidos y Canadá, según señaló el secretario de Hacienda y Crédito Público de México, Luis Videgaray.
Para Perú, es una oportunidad para sus pequeñas y medianas empresas (pymes) y así "insertarlas en el juego del comercio mundial", señaló Ollanta Humala.
Relanzar el comercio
Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) espera que el acuerdo alcanzado el lunes en la ciudad estadounidense de Atlanta, poniendo fin a años de arduas negociaciones, contribuya a "poner en marcha el motor del comercio internacional", tras la fracasada Ronda de Doha, dijo el viernes en la reunión anual del organismo que se celebra en Lima.
El acuerdo, en el que no está la segunda economía mundial y locomotora comercial, China, representa en su conjunto a más de 40% de la economía mundial y un mercado de más de 800 millones de consumidores.
Comprende una treintena de capítulos que van desde la protección de la propiedad intelectual hasta el manejo de disputas con inversores extranjeros para hacerles cumplir los derechos laborales, y una serie de acuerdos anexos relativos a recortes arancelarios.
Aunque todavía debe ser ratificado por los Parlamentos respectivos, el presidente estadounidense Barack Obama espera que cree las bases de las "normas comerciales del siglo XXI" para regular el comercio, la inversión, el flujo de datos y la propiedad intelectual que al fin todos los países tendrán que respetar, incluso los que no lo han firmado como China.
En Estados Unidos, una parte del Partido Demócrata del presidente Barack Obama, así como la aspirante a sucederlo, Hillary Clinton, han expresado sus reservas con el TPP.
Puntos sensibles
Si bien los tres países latinoamericanos destacaron que en las negociaciones se logró resguardar el "interés nacional", diversos sectores han alertado sobre los distintos flancos que abre.
En particular la propiedad intelectual.
Según la ONG chilena Derechos Digitales el acuerdo supone un retroceso en esta materia. "La mitad de los países del TPP deberán aumentar en 20 años la explotación monopólica de obras", alertó en un comunicado.
En México, los productores lácteos también encendieron las luces de alerta: "La entrada al TPP abre el mercado y vamos a competir contra países que más barato producen y que más exportan en el mundo. Entonces, sí hay un riesgo para el mercado, de que se pierda esto", advirtió Vicente Gómez Cobo, presidente de la Federación Mexicana de Lechería.