Chocolate oscuro y vino tinto, el maridaje que protege el corazón, mejora el cerebro y eleva el ánimo, según la ciencia
Salud
Consumidos con moderación, estos dos alimentos son fuente de múltiples beneficios para la salud, desde la protección cardiovascular hasta el fortalecimiento cognitivo.
El chocolate oscuro y el vino tinto han sido tradicionalmente símbolos de indulgencia, pero diversas investigaciones científicas han demostrado que esta combinación puede ofrecer mucho más que placer gastronómico.
La Vinícola de Castilla ha reunido evidencia clave sobre cómo estos productos, ricos en compuestos antioxidantes y con propiedades únicas, pueden contribuir a un estilo de vida más saludable, sin renunciar al disfrute.
El chocolate negro con alto contenido de cacao y el vino tinto son ricos en flavonoides y otros antioxidantes que protegen al cuerpo del daño causado por los radicales libres. Los flavonoides presentes en el chocolate ayudan a mejorar la circulación y reducir la presión arterial, mientras que el vino tinto, especialmente variedades como Guadianeja Tempranillo y Pago Peñuelas Garnacha, contiene resveratrol, un compuesto con propiedades antiinflamatorias y protectoras del sistema cardiovascular.
“Disfrutar de una copa de Guadianeja Tempranillo Alto Hungrao junto a un trozo de chocolate negro puede potenciar estos beneficios antioxidantes, ayudando a combatir los radicales libres que causan el envejecimiento celular”, aseguran desde la bodega.
El chocolate oscuro tiene efectos positivos sobre el estado de ánimo gracias a su contenido en triptófano, un aminoácido que promueve la producción de serotonina. El vino tinto, por su parte, estimula la liberación de endorfinas, generando una sensación de relajación y bienestar.
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“Imagínese un momento de relax, disfrutando de una copa de Guadianeja Syrah, con sus aromas de frutos negros y notas florales, acompañada de un delicado chocolate con leche. Esta combinación puede ayudar a liberar tensiones después de un largo día y mejorar su estado de ánimo de forma natural”, explican desde Vinícola de Castilla.
La salud cardiovascular es otro de los beneficios respaldados por la ciencia. Los flavonoides del chocolate ayudan a mantener las arterias flexibles, mientras que el resveratrol y los taninos del vino tinto favorecen niveles saludables de colesterol HDL (el “bueno”) y reducen el riesgo de formación de coágulos.
Una recomendación ideal es maridar un trozo de chocolate negro con una copa de Finca Vieja Tempranillo Crianza, cuyo envejecimiento en barrica intensifica los taninos y ofrece una complejidad que armoniza perfectamente con los matices amargos del cacao.
Los beneficios no terminan en el corazón. Varios estudios han asociado el consumo moderado de vino tinto y chocolate con una mejora en la función cognitiva y una menor incidencia de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o el Parkinson.
Una experiencia sensorial estimulante y beneficiosa puede lograrse al combinar chocolate con alto contenido de cacao con una copa de Pago Peñuelas Verdejo. Este vino blanco, con su acidez y frescura, equilibra los sabores terrosos del cacao y ofrece una sensación revitalizante para el cerebro.
Aunque muchas veces son considerados “prohibidos” en dietas, tanto el chocolate oscuro como el vino tinto pueden formar parte de un plan equilibrado. El chocolate negro ayuda a reducir antojos de otros dulces menos saludables, mientras que ciertos compuestos del vino favorecen la metabolización de grasas.
“Para quienes desean cuidar su peso sin renunciar al sabor, recomendamos una copa de Guadianeja Airén Encascado Alto Hungrao, un vino blanco fresco y equilibrado, perfecto para acompañar un pequeño trozo de chocolate con leche de alta calidad”, sugieren los expertos de la vinícola.