Desarrollan un sistema para analizar la fotosíntesis desde el espacio
Investigadores de la Universidad de Sydney y de la Agencia Espacial de EEUU (NASA) desarrollaron una nueva y revolucionaria técnica para analizar la fotosíntesis de las plantas mediante sensores remotos ubicados en satélites, con aplicaciones potenciales para la vigilancia del cambio climático.
La absorción de dióxido de carbono por las hojas y su conversión a azúcares mediante la fotosíntesis, denominada producción primaria bruta (GPP), es la base fundamental de la vida en la Tierra y su cuantificación es vital para la investigación sobre la dinámica del ciclo del carbono terrestre.
Este nuevo estudio, publicado en la revista Science, utiliza la monitorización en satélites para medir la fluorescencia de la clorofila inducida por el sol, un subproducto de la fotosíntesis en las hojas.
El estudio también muestra cómo estas medidas de fluorescencia se correlacionan con las observaciones de GPP en el suelo desde diversos lugares, áreas de vegetación y en varios períodos de tiempo.
Este vínculo observado entre la fluorescencia y la absorción de dióxido de carbono de la planta abre muchas aplicaciones potenciales de esta técnica, como por ejemplo para el análisis del cambio y los ecosistemas, la conservación de la biodiversidad y el manejo de la tierra.
Bradley Evans, coautor del estudio y profesor titular de la Escuela de Ciencias Ambientales y de la Vida, ha colaborado con David Schimel de la NASA y su equipo para desarrollar una forma más directa de medir el crecimiento de las plantas utilizando el Observatorio de Carbono Órbita-2 (OCO2) por satélite.
Evans comentó que "el satélite OCO2 creó una oportunidad increíble", particularmente cuando descubrieron "una relación significativa entre la fluorescencia de las plantas y las imágenes satelitales".
"Estamos realmente entusiasmados con nuestros resultados y cómo están un paso más cerca de una estimación cuantitativa de los fotones de luz resultantes de la fotosíntesis", agregó.
"También esperamos que nuestros resultados ayuden a otros a cuantificar mejor los flujos de carbono, para que podamos entender más sobre el clima y el ecosistema de la Tierra", añadió.
La investigación de Evans fue habilitada por el Sydney Informatics Hub (SIH), el Centro de Investigación Básica de la Universidad de Sidney dedicado a la promoción de capacidades de computación de alto rendimiento, de ciencia de datos y de investigación de acceso abierto.
"Este trabajo es un logro muy impresionante, y la publicación en una de las revistas más prestigiosas del mundo muestra la importancia de estos resultados", dijo Dietmar Müller, director de SIH.
"Es grandioso ver cómo el compromiso de Sydney para construir una capacidad informática de clase mundial ya está comenzando a permitir a nuestros investigadores alcanzar cosas realmente grandiosas", agregó.