Corazón de Madre
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Su papel en la vida del comediante, su relación con su familia anterior y las críticas que ha enfrentado durante décadas.
A propósito del reciente estreno de la bioserie Chespirito: Sin querer queriendo, producida por los hijos del icónico actor, los focos han vuelto a iluminar no solo su trayectoria artística, sino también su vida personal. Particularmente, el polémico inicio de su romance con Meza, el cual coincidió con el final del matrimonio de Gómez Bolaños con Graciela Fernández, madre de sus seis hijos.
Desde entonces, muchos han tachado a Florinda Meza como “la segunda”, acusándola de ser la causa de la ruptura familiar. Pero ahora, cansada del estigma y de lo que considera una versión parcial de los hechos, decidió hablar alto y claro.
“Fui su segunda esposa, sí. Lo hice feliz, lo ayudé a organizar sus finanzas y así pudo darle a sus hijos y a su exesposa en abundancia, sin límites”, expresó la actriz en una publicación que se viralizó en redes sociales. “Le resolví todo y le hice la vida más sencilla para que él pudiera ser más creativo y regalar más alegría, porque era un genio y la gente se merecía seguir disfrutando de su arte. Y fui también la que se quedó con él mientras estuvo enfermo, lo cuidé de día y de noche por años, hasta que murió en mis brazos”, agregó con contundencia.
Las declaraciones de Meza surgen luego de la circulación de una entrevista en la que se le atribuye haber calificado a la familia de Gómez Bolaños como “defectos”. Aunque algunos fragmentos fueron sacados de contexto, el daño en la opinión pública ya estaba hecho, reavivando viejas tensiones entre la actriz y los descendientes del creador de El Chavo del 8.
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Hasta el momento, los seis hijos del comediante no han respondido de manera oficial a las palabras de Meza, pero fuentes cercanas aseguran que la relación entre ellos y la viuda siempre fue distante, y que la producción de la serie se concibió como una forma de “contar su verdad”, sin la intervención de ella.
Sin embargo, Meza no ha ocultado su molestia por haber sido excluida de la narrativa oficial. En reiteradas ocasiones ha sostenido que nadie conoció mejor a Roberto que ella, especialmente en los años más íntimos y difíciles de su vida.
“Yo estuve ahí cuando ya no había reflectores. Yo estuve cuando dejó de ser el genio incansable y se convirtió en un hombre que necesitaba ayuda, cariño y presencia constante. Eso nadie lo cuenta”, expresó en una ocasión anterior, dejando entrever que su vínculo con el comediante iba mucho más allá de la fama o el trabajo.
Este nuevo episodio mediático vuelve a poner sobre la mesa el debate sobre quién tiene derecho a contar la historia de figuras públicas tan queridas, y qué lugar ocupan quienes compartieron con ellos en lo más profundo de su intimidad.
Mientras tanto, Florinda Meza no parece dispuesta a guardar silencio. Por el contrario, todo indica que seguirá defendiendo con firmeza su legado junto a Chespirito, sin pedir disculpas por amar, cuidar y permanecer.