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Décadas después del fenómeno televisivo que fue El Chavo del 8, las historias detrás de cámaras siguen saliendo a la luz y conmoviendo a generaciones enteras. Esta vez, fue Esteban Valdés, hijo del inolvidable Ramón Valdés, conocido por millones como Don Ramón, quien ofreció una mirada íntima a la transformación que vivió su familia tras el éxito de la serie creada por Roberto Gómez Bolaños.
Durante una entrevista con la periodista Matilde Obregón, que fue recuperada por internautas y viralizada recientemente, Esteban compartió detalles inéditos sobre la época dorada de su padre, incluyendo las giras internacionales, los ingresos que estas generaban y el modo en que la familia Valdés vivió esa etapa de bonanza. Lejos de presumir lujos, el relato destaca la calidez y sencillez que siempre caracterizaron al actor.
“No sé cuánto ganaba, pero de las giras que hacía por Sudamérica llegaba mi papá con los billetes de dólares, les decía ‘los tamales’, y llegaba con mi mamá y le decía: ‘Ahí están los tamales’. Sí ganó mucho dinero”, reveló Esteban Valdés en la conversación con Obregón.
Ramón Valdés fue uno de los personajes más queridos del elenco de El Chavo del 8, y no solo por su actuación cargada de autenticidad, sino por su personalidad en la vida real. Según Esteban, el cambio económico fue evidente: nuevas cortinas, alfombras, mejores comidas e incluso una casa más grande. Pero nada de eso alteró la esencia del actor.
“Mi papá disfrutó teniendo y no teniendo. Sin tener qué comer éramos felices, después había caviar y champagne y éramos felices también”, aseguró su hijo, en una frase que ha enternecido a miles de seguidores en redes sociales.
A diferencia de otros miembros del elenco, cuya fama disparó sus egos y provocó rivalidades públicas, Ramón Valdés, según su hijo, permaneció fiel a sí mismo. Nunca se deslumbró por la popularidad ni cambió su forma de tratar a la gente. Al contrario: su éxito económico sirvió únicamente para mejorar la vida de su familia, no para alimentar su vanidad.
Y es que en una época en la que la televisión mexicana comenzaba a conquistar mercados internacionales, Don Ramón se convirtió en un ícono. Las giras por Sudamérica fueron apoteósicas, y el cariño del público le permitió ganar cifras importantes. Pero el verdadero tesoro que dejó no fue material: fue el recuerdo de un hombre alegre, sencillo y amoroso.
El testimonio de Esteban Valdés cobra fuerza justo cuando la serie Chespirito: sin querer queriendo ha renovado el interés por la historia de los personajes detrás de la pantalla. En los primeros capítulos ya se aborda el fenómeno que fue El Chavo del 8, sus giras multitudinarias y los cambios profundos que trajo a los actores involucrados.
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Ramón Valdés, sin embargo, destaca como una figura distinta. Su humildad intacta, su manera de vivir sin apegos y su capacidad de disfrutar tanto la escasez como la abundancia, lo convierten, según miles de fans en redes, en el verdadero corazón del programa.
Las anécdotas que compartió Esteban han desatado una nueva oleada de cariño hacia Don Ramón en redes sociales, donde miles de usuarios coinciden en que fue uno de los personajes más auténticos del programa y, probablemente, el más entrañable.
“Siempre fue así, buena onda, humilde, sin poses”, “¡Él era el alma del Chavo!”, “Su hijo habla con tanto amor que uno entiende por qué lo queríamos tanto”, son algunos de los comentarios que acompañan la entrevista.