Mónica Bellucci: El amor y la sexualidad son cuestión de energía, no de edad
Mónica Bellucci vive un momento dulce en su carrera porque puede interpretar a personajes maduros que "hace 6 o 10 años no hubiera podido haber hecho" y sabe que es "afortunada" por ello, como demuestra su papel en "On the Milky Road", un cuento de hadas y de amor maduro.
"Es bonito ver que el amor, la sexualidad y la sensualidad es cuestión de energía y no de edad, y esta película lo demuestra, y es una bella imagen", asegura a Efe Bellucci (Città di Castello, Italia, 1964) sobre el "romance" que comparte en la gran pantalla con Emir Kusturica, que se desdobla en director y actor en esta cinta.
Para ella, este personaje "es un papel adulto", con el que ha convivido los cuatro años en los que dice "se abandonó completamente" al proyecto de Kusturica, un filme en el que la actriz italiana ha tenido que hablar por primera vez en serbio.
Una película que su director describe como un "cuento de hadas moderno" ambientado en la Guerra de los Balcanes y en el que Bellucci deja ver su madurez interpretativa con un misterioso personaje sin nombre muy alejado de sus trabajos en obras como "Irreversible" (2002) o "Matrix" (2003).
"Es una nueva manera de estar en pantalla", sostiene la actriz sobre esta nueva etapa que comenzó con "Spectre" (2015), la primera película en la que una mujer madura caía en los brazos del eterno James Bond.
Su personaje en este retorno de Kusturica -autor de cintas como "Underground" (1995) y "Papá está en viaje de negocios" (1985), ambas ganadoras de la Palma de Oro de Cannes-, es "maternal", aunque, a la vez, "puede matar", ya que está inspirado en la historia real de una espía serbio-italiana que se hacía llamar Luna.
El protagonista de "On the Milky Road" es un lechero, Kostos, interpretado por el realizador serbio, que cada día atraviesa con su fiel halcón el frente de batalla a lomos de un burro, esquivando las balas para llevar su preciada mercancía a los soldados.
Ambientada en la Guerra de los Balcanes, la cinta es una oda a la naturaleza y al amor cuando una misteriosa mujer de origen italiano, que encarna Bellucci, aparece en la vida de Kostos.
"En el momento en el que se conocen simplemente pasa algo mágico", argumenta la actriz sobre estos dos personajes a los que "no les queda nada que perder" en mitad de la cruenta guerra yugoslava en los años 90.
Bellucci, que sabe que es afortunada por encarnar este tipo de papeles, asegura que es bonito que la relación en este filme la protagonicen dos personas que "ya no son jóvenes".
Porque, como "mujer adulta", ya "no es la misma": "Mi físico está cambiando y puedo hacer otro tipo de personajes que no podría hacer hace 6 o 10 años", reconoce.
Cuenta Bellucci que en su opinión la "sociedad está cambiando" y la manera en que se mira a las mujeres y a las actrices cuando lleguen a edad madura es ahora "diferente".
"Las mujeres se están mirando a ellas mismas de otra manera y por eso estamos siendo vistas de una manera diferente", argumenta sobre el cambio de paradigma en la industria, en la que se empieza abrir una brecha para las actrices maduras que "en los años 40 o 50 no sería posible" que entrasen en las producciones.
Aunque, para ella, la diferencia en el mundo del séptimo arte entre hombres y mujeres, llegados a la cincuentena, no debería ser un conflicto: "Esto no tiene que ser una guerra. No creo en las peleas, creo en la comunicación. Las mujeres necesitamos a los hombres y los hombres necesitan a las mujeres".
Bellucci actualmente se encuentra produciendo una serie internacional en la que también actuará, pero de la que no ha querido revelar detalles, aparte de que versará sobre una "mujer muy interesante".
Ese proceso de producción y poder involucrarse en un guión le "da tiempo para ella", dice, y para estar más con sus dos hijos -nacidos de su matrimonio con el francés Vincent Cassel, de quien se separó hace cuatro años-, aunque ante la posibilidad de ponerse detrás de las cámaras, es tajante: "Nunca voy a ser directora, eso seguro", asegura.