Homenajean en Barcelona a Eisner, el autor que construyó las reglas del cómic

Genio, palabra que suele utilizarse demasiado a la ligera, es en el caso de Will Eisner, padre de "The Spirit" y de la novela gráfica gracias a su "Contrato con dios", una definición perfecta para un autor del que en 2017 se cumplen 100 años de su nacimiento.
Genio, palabra que suele utilizarse demasiado a la ligera, es en el caso de Will Eisner, padre de "The Spirit" y de la novela gráfica gracias a su "Contrato con dios", una definición perfecta para un autor del que en 2017 se cumplen 100 años de su nacimiento. / EFE
01 de abril 2017 - 18:39

El Salón Internacional del Cómic de Barcelona homenajea al estadounidense Will Eisner con una exposición sobre un creador que subvirtió géneros, introdujo la ironía donde no la había y dotó a la viñeta de un argumento y un continente estilístico que abrió el medio al público adulto.

Will Eisner (1917-2005) fue el padre de "The Spirit" y de la novela gráfica, gracias a su "Contrato con dios" y marcó a generaciones de comiqueros.

Con motivo del centenario de su nacimiento el Salón de Barcelona le rinde homenaje con una muestra cuyo comisario, Antoni Guiral, asegura: "Rompió las normas establecidas, burlándose de los géneros y las actitudes estrictas, intuyendo que el humor y la parodia podía funcionar en el policíaco y no sólo eso, sino que luego mostró cómo se narra una historia en pocas páginas de forma perfecta".

Eisner comenzó su carrera en varios semanarios y se hizo muy popular en los años 40 gracias a "The Spirit", una serie repleta de humor e ironía protagonizada por un superhéroe sin poderes, un detective cuya identidad ocultaba mínimamente por un antifaz, y que se dejaba engatusar con facilidad por las mujeres de fatal caída de ojos.

"Utilizaba un grafismo que partía de Milton Caniff (el maestro del claroscuro), pero lo desarrolló a su manera", comenta Guiral, sobre ese trazo de toque psicológico, acompañados de encuadres cinematográficos que convirtieron a "The Spirit" en un clásico de las viñetas.

Eisner fue también un teórico del medio con obras con "El cómic y el arte secuencial" y "La narración gráfica".

Pero fue en 1977, con más de 50 años, cuando Eisner fue capaz de volcar y sintetizar en una obra todo su conocimiento sobre cómo funcionaban las viñetas y los tiempos narrativos, a lo que añadió su bagaje como miembro de una comunidad, la judía, que había sufrido el peso de la depresión de 1929 en las viviendas más modestas de Nuev York.

Todo eso está en "Contrato con Dios", cuatro historias, pesimistas, ambientadas en lugares lúgubres de New York, repletas de sueños rotos, crudas y sobre todo creíbles para el gran público.

"La obra abrió una puerta que cuarenta años después se mantiene sin cerrar, publicar historias para adultos, con un principio y un final y un número importante de páginas", según Guiral.

Mucho más modesta que las retrospectivas que le han dedicado el Museo del Cómic de Angulema (Francia) y la Sociedad de Ilustradores de Nueva York, la exposición de Barcelona ofrece 42 originales de sus páginas, procedentes de colecciones particulares, y otros tantas reproducciones, así como un homenaje gráfico de varios artistas españoles.

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