La ópera móvil de Roma lleva el 'Don Giovanni' a los escombros de Amatrice

La ópera móvil de Roma lleva el "Don Giovanni" a los escombros de Amatrice / EFE
09 de julio 2017 - 13:59

Amatrice, una de las poblaciones de Italia devastadas por los terremotos de hace casi un año, cambió durante una noche el aciago escenario de los escombros por el del joven teatro ambulante que representó una versión de "Don Giovanni".

El proyecto OperaCamion, que recorre la periferia de Roma, llegó hoy hasta Amatrice, en la de la provincia de Rieti (Lacio, centro), en una etapa especial que pretendía transportar un poco de belleza a una población que perdió todo y que vio morir a gran parte de las 299 víctimas que produjo el terremoto del 24 de agosto de 2016.

Y cuyos supervivientes ni mucho menos han recuperado la normalidad, porque once meses después los escombros que permanecen esparcidos por las calles ayudan a recordar ese funesto 24 de agosto, como si el tiempo se hubiera detenido.

Muchas de las personas que al caer la tarde comenzaron a acercarse al camión lo hacían procedentes de las casas prefabricadas que solo a finales del pasado marzo se comenzaron a repartir, en un recorrido aún lleno de cascotes.

"Estamos felices de asistir al espectáculo de don Giovanni delante de estas bellísimas montañas (...) con las que nos tenemos que reconciliar a través de la música, porque verdaderamente nos han metido miedo", explicó a Efe Bianca Maria, una de las residentes en Amatrice que se acercó al camión-escenario.

La versión de Don Giovanni está dirigida por Fabio Cherstich, que apuntó que "lo más importante de traer este espectáculo a Amatrice es saber cómo reacciona el público".

Cherstich cree que la población "en este instante necesita entretenimiento", y para ello ha montado un espectáculo "inteligente" que espera que pueda permitir a la gente "desconectar", con una versión más distendida en el que los cantantes se mueven en un escenario a dos niveles.

El camión se situó en la denominada "Area Food", diseñada por el célebre arquitecto Stefano Boeri, que alojará un comedor y diversos restaurantes y que ha sido financiado con los fondos recogidos por el diario "Corriere della Sera" y el canal televisivo TgLa7.

La apertura del telón liberó unos tímidos aplausos que provenían no solo de los niños sino también de los muchos adultos que los acompañaban o que incluso acudieron solos a contemplar la adaptación.

Durante los dos actos, el azerbaiyano Maharram Huseynov representó al arrogante don Giovanni, los italianos Carlo Feola y Federico Cavarzan se metieron en la piel del bufo sirviente Leporello y Masetto respectivamente y el turco Murat Can Guvem hizo de don Ottavio.

Todos ellos de menos de treinta años y que se esforzaron, junto a la Orquesta Juvenil de la Ópera de Roma, por animar a un público que no llegó a llenar las doscientas sillas facilitadas para el espectáculo.

La Ópera de Roma ha reiterado su deseo de que estas iniciativas amplíen el público de la ópera, normalmente perteneciente a una elite que cuenta con abono de temporada con el que la mayoría del público que acudió al camión-escenario no tiene nada que ver.

La OperaCamion es una iniciativa que cumple su segundo año y que se desarrolla en barrios de la periferia de Roma y otras localidades de la región Lacio como Alatri el 11 de julio, Frascati el 13 de este mismo mes y Leonessa el 15.

Cuando el vagón del camión volvió a cobrar su apariencia original e inició su recorrido de 150 kilómetros hacia Roma, su ausencia se unió a las de las casas, la Torre Cívica, la iglesia de San Agostino y los cientos de seres queridos perdidos hace un año.

La plaza quedó vacía de colorido y el panorama nocturno volvió a ser el habitual de montañas y ruinas, mientras niños y adultos regresaban a casa con una sonrisa a la que, en cambio, faltaba algo para volver a ser todo lo normal que era antes del fatídico 24 agosto.

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