Interceptación telefónica aprovecha huecos de seguridad
Las intervenciones telefónicas son de vieja data. En Panamá no solo se han escuchado que el último gobierno utilizaba la famosa "máquina pinchadora" y el reciente escándalo por la supuesta compra de equipos a la italiana Hacking Team, sino que incluso se menciona que hubo este tipo de intervenciones en época de la dictadura.
Hoy en día es muy común este tipo de tecnologías. El especialista Alex Newman explica que hay artículos sofisticados que utilizan software maliciosos para tomar la conversación y se les envían a terceros a través de internet.
Estas tecnologías permiten aprovechar esos huecos de seguridad que no tienen candados para que puedan ser interceptados.
Pero, ¿cómo hacer para que no se intercepten sus llamadas, por ejemplo?
Newman da una solución: sacar la batería del celular. Haciendo este movimiento se hace imposible interceptar la llamada.
"Mientras no tenga batería no se puede captar nada. Al poner la batería puede ser interceptado", explicó.
Las empresas como Hacking Team venden set de herramientas de software, que permiten entrar en la vida de una persona.
Según información que salió, tras ser hackeada Hacking Team el pasado 5 de julio, se conoció que Panamá pagó 750 mil dólares cada año, desde 2011 hasta el 31 de mayo de 2014 por los servicios que ellos prestaban.
"Lo que hacen las herramientas de software es pegarse a la operaciones del teléfono por ejemplo o de las bocinas, para poder escuchar el mensaje de voz. Son operaciones básicas y todo lo que hace el teléfono puede ser objeto para ello", explicó Newman.
Ahora bien, si en la época de la dictadura se realizaron este tipo de intervenciones, los costo de inversión no bajaban de las 10 cifras, no obstante, en esta época, pleno siglo XXI, es mucho más económico realizar compras como estas.
"Vivimos en un mundo globalizado", señaló el especialista.
Pero no solo las intervenciones son vía telefónica, sin también en los ordenadores de las computadoras, ya que con solo enviar una alerta se pueden encender los micrófonos o incluso entrar a lo más íntimo de la información que se pueda tener en un equipo tecnológico.