Gucci, la mascota que estremeció el gobierno de Varela

Carlos H. González
28 de febrero 2016 - 14:14

La literatura, el cine y la televisión tienen muchos perros famosos, como Droopy, Scooby Doo , Lassie, ayudante de santa, Goofy, entre otros. Cada uno tiene su propia historia y las personas se identifican con muchos de estos personajes perrunos.

Sin embargo en Panamá, ningún canino había logrado tanta fama como Gucci, una perrita de raza yorkshire terrier, que es la mascota de la viceministra de Desarrollo Social (Mides), Zulema Sucre y que hasta hace unas semanas atrás era una perfecta desconocida.

La pequeña Gucci saltó a la fama, gracias a una denuncia presentada por tres exescoltas de la viceministra Sucre que luego de ser despedidos decidieron dar a conocer que el motivo de su destitución se debió a que se negaron a pasear a Gucci.

¿Por qué esperaron hasta que los despidieran para hacer tal denuncia? La respuesta lógica ante este cuestionamiento lo explica la ley del talión que reza “ojo por ojo, diente por diente”. En palabras simples, tu me botaste, yo te fastidio.

Un pensamiento un tanto perverso y hasta egoísta, pero que enciende las alarmas y exige que los ciudadanos tengamos mayor protagonismo a la hora de exigirle cuentas a las autoridades que escogemos para gobernar.

¿Cuántos Gucci no habrá que desconocemos o cuantos funcionarios estarán utilizando a sus subordinados para funciones personales y estos callan, porque simplemente ahora mismo están cobrando y tranquilos con el jefe? Acaso ¿Guardar silencio ante un delito no te hace cómplice?. Una pregunta que muchos que están atravesando por este dilema moral en estos momentos deben hacerse.

Lo cierto es que Gucci, estremeció el gobierno de Juan Carlos Varela, que hasta la fecha se había mantenido invicto de los escándalos. Pero una vez se pierde la confianza del pueblo es muy difícil volver a recuperarla y el Gucci escándalo seguramente ha golpeado esta transparencia y esa confianza del pueblo para con su gobernante.

El Palacio de Las Garzas, luego de la estremecida de la pequeña mascota hizo lo que el manual político antiescándalo le dice, pero fue demasiado tarde, pues esperaron un fin de semana de ataques por redes sociales, por medios de comunicación y por el pueblo que comenta para reaccionar y pedir la renuncia de Sucre.

El pueblo día a día pasa situaciones difíciles para sobrevivir en medio de la selva de injusticias sociales y que de la noche a la mañana se enteren que una mascota (Gucci) tiene más privilegio que hasta los propios diputados es una gasnatada a las necesidades de la población.

Al final de todo, Gucci, pasará a la historia y su fino nombre de tienda italiana quedará presente en la memoria de un país que olvida rápido, pero seguramente a la hora de hablar de desaciertos políticos será recordada, junto al gargantazo y los durodólares.

Muchas gracias por leerme, espero sus comentarios y nos encontramos la próxima semana, cuando hablare de educación en Panamá.

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