Costa Rica busca ser líder mundial para abolir los combustibles fósiles en 2050
Costa Rica busca convertirse en un líder mundial en la descarbonización de la economía y dar su granito de arena en la lucha contra el cambio climático, mediante un ambicioso plan que pretende abolir el uso de combustibles fósiles para el año 2050 y potenciar las energías limpias.
El Plan Nacional de Descarbonización 2018-2050 fue presentado por el presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado; la primera dama, Claudia Dobles; el ministro de Ambiente y Energía, Carlos Rodríguez; y el evento oficial fue conducido por la costarricense Christiana Figueres, líder negociadora del Acuerdo de París contra el cambio climático.
El plan contempla cambios en la oferta de movilidad y transporte público y privado, en la gestión de las formas de energía, en la construcción sostenible y la industria, así como en la gestión de los residuos.
La iniciativa también incluye pautas para mejorar las prácticas agrícolas y el uso del suelo, evitando la deforestación.
Entre las metas de Costa Rica sobresalen contar con el 70 % de los autobuses y taxis cero emisiones al 2035 y un tren de pasajeros eléctrico ya en funcionamiento.
Al año 2050, el país pretende tener un sistema de transporte público totalmente limpio y que sustituya a los vehículos privados como principal opción de movilidad.
Otro objetivo es que al año 2035 el 25 % de la flota de vehículos privados sea eléctrica y que par 2050 la totalidad de las ventas de vehículos ligeros nuevos sean cero emisiones y el 60 % de la flota de vehículos sea cero emisiones.
Costa Rica también se plantea al año 2030 que su matriz eléctrica opere al 100 % con energías renovables y que al 2050 la energía eléctrica será la fuente de energía primaria para el sector transporte, residencial y comercial, industrial.
"Este es el gran reto de nuestra generación. Es un compromiso que asumimos como Gobierno pero en el que todos debemos participar. El cambio climático es el principal reto para los próximos 30 años, el calentamiento global es la principal amenaza para el país, la región y el mundo", dijo Alvarado.
Con este plan, Costa Rica también pretende convertirse en un laboratorio mundial de descarbonización, que atraiga a científicos, inversionistas y empresas interesadas en temas como energías limpias y conservación del ambiente.
Christiana Figueres aseguró que Costa Rica se coloca a la vanguardia en el mundo con esta iniciativa.
"El mensaje que envía Costa Rica hoy a mundo es que vamos hacia un país dramáticamente distinto, con muchísimos beneficios y otra vez a la vanguardia de los países", declaró Figueres a Efe.
"Son posiciones muy valientes y visionarias que nos llevan a una Costa Rica diferente del siglo XXI, que va a ser competitiva, saludable, limpia y equitativa, y eso lo que produce es orgullo e ilusión", aseguró.
En el evento oficial se proyectaron mensajes en vídeo de líderes internacionales como el exvicepresidente de Estados Unidos Al Gore; la expresidenta de Chile y actual Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet; y el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, quienes felicitaron a Costa Rica por dar un ejemplo al resto del mundo.
"Costa Rica presenta su Plan Nacional de Descarbonización, que es una visión inspiradora e innovadora que será su vía para cumplir con el Acuerdo de París", manifestó Sánchez.
En el marco de esta jornada, el presidente de Costa Rica firmó la Ley Movilidad y Seguridad Ciclística, la cual promueve y regula el uso de la bicicleta como medio de transporte, trabajo y recreación, como medio para beneficiar la salud y disminuir el uso de combustibles fósiles en el transporte.
Costa Rica, un país de 5 millones de habitantes que alberga cerca del 5 % de la biodiversidad del planeta, es reconocido por sus políticas ambientales que le han permitido dar protección a una tercera parte de su territorio en parques nacionales y aumentar la cobertura forestal del 20 % al 55 % de 1980 a la actualidad.
Este país también produce el 99 % de su electricidad con fuentes limpias, pero su gran deuda son los combustibles fósiles, especialmente en el transporte, que generan el 70 % de los gases contaminantes.