Irlanda del Norte complica el primer cara a cara entre Biden y Johnson

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden en el Reino Unido
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden en el Reino Unido / AFP
Afp
10 de junio 2021 - 06:41

Joe Biden y Boris Johnson se reúnen por primera vez este jueves, en la víspera del G7, con la intención de acordar un nuevo pacto atlántico, en un contexto complicado por el Brexit y sus consecuencias en Irlanda del Norte.

Este primer viaje al extranjero del presidente estadounidense busca marcar el "regreso" de Estados Unidos tras el mandato de Donald Trump, destacó Biden a su llegada el miércoles al Reino Unido para una gira europea que lo llevará a la cumbre de las siete grandes economías mundiales y a un encuentro con el presidente ruso Vladimir Putin en Ginebra.

Biden aterrizó con la promesa, según la Casa Blanca, de la compra "histórica" de 500 millones de dosis de vacunas Pfizer/BioNTech contra el covid-19 para donarlas a 92 países desfavorecidos a través del dispositivo Covax, "el mayor pedido y donación de vacunas realizada por un solo país".

Para marcar la importancia de la relación con su aliado británico, Biden inicia su visita con un encuentro a las 14h00 GMT con el primer ministro británico en Carbis Bay, ciudad costera del suroeste de Inglaterra donde se celebrará del viernes al domingo el G7.

Los dos dirigentes tienen previsto firmar una nueva "Carta del Atlántico", concebida siguiendo el modelo de la acordada por sus predecesores Roosevelt y Churchill hace 80 años, pero teniendo en cuenta ahora nuevas amenazas como los ciberataques y la crisis climática.

Sin embargo, las tensiones en torno a Irlanda del Norte a raíz del Brexit amenazan con empañar el encuentro.

A Biden, muy orgulloso de su ascendencia irlandesa, le desagradan los intentos de Londres de incumplir sus compromisos comerciales con la Unión Europea en esa región británica en el marco del Brexit.

Ni amenaza ni ultimátum

Según el diario The Times, la más alta diplomática estadounidense en Gran Bretaña en este momento, Yael Lempert, acusó a Londres de "avivar" las tensiones en Irlanda del Norte con su actitud.

El llamado Acuerdo del Viernes Santo de 1998, alcanzado con la participación del expresidente estadounidense Bill Clinton, puso fin a la violencia entre republicanos (mayoritariamente católicos) y unionistas (mayoritariamente protestantes) que durante 30 años de conflicto dejó unos 3.500 muertos en la región.

En el G7, Biden "no lanzará una amenaza o un ultimátum, sino que se limitará a manifestar su firme convicción de que debemos apoyar y proteger este protocolo", explicó su asesor de seguridad nacional, Jake Sullivan.

Por su parte, la Unión Europea, acusada por Londres de "purismo" jurídico y falta de pragmatismo, advirtió en una reunión infructífera el miércoles en Londres que reaccionará con firmeza si no se respetan los compromisos adquiridos.

"El protocolo" de Irlanda del Norte "debe aplicarse en su totalidad", insistió el jueves la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, asegurando que planteará la cuestión al primer ministro británico en el G7.

"Democracias unidas"

Más allá de este desacuerdo, si el estilo populista de Johnson le ha valido comparaciones con Trump, ferviente partidario del Brexit, el conservador británico está mucho más en sintonía con la administración Biden en los grandes temas internacionales, como la crisis climática o los desafíos que plantean China y Rusia.

La semana pasada, Londres apoyó el proyecto de un impuesto de sociedades mínimo mundial para las empresas defendido por Washington.

Y la nueva "Carta del Atlántico" debe afirmar que "aunque el mundo ha cambiado desde 1941, los valores siguen siendo los mismos" en lo que respecta a la defensa de la democracia, la seguridad colectiva y el comercio internacional, según Downing Street.

"El presidente Biden y yo firmaremos una carta que abarca la ciencia, la tecnología y el comercio y, lo que es más importante, subraya nuestro compromiso compartido con la OTAN, que ha sido esencial para nuestra seguridad durante décadas", subrayó Johnson en un comunicado.

Llamó a "disipar cualquier sensación de pesimismo" y a "mostrar cómo concibe la OTAN el año 2030 (...) protegiendo a nuestros aliados en el flanco oriental de Europa y a nuestra gente en los nuevos campos del espacio y el ciberespacio".

Aunque Johnson prefiere evitar la tradicional expresión de "relación especial" para describir los vínculos entre el Reino Unido y Estados Unidos, para la Casa Blanca la frase sigue siendo válida.

Biden "afirmará la fuerza duradera de la relación especial" antes de destacar las prioridades de EEUU en el G7, incluidos los valores democráticos compartidos, el cambio climático y la recuperación de la pandemia, según su portavoz Jen Psaki.

Tras la cumbre, el presidente visitará a la reina Isabel II en el castillo de Windsor el domingo y luego asistirá a la reunión de la OTAN en Bruselas antes de otra cumbre con la UE.

Su largo viaje a Europa culminará el miércoles en Ginebra en una reunión con Putin.

"Vamos a dejar claro que Estados Unidos ha vuelto y que las democracias del mundo están unidas para afrontar los retos más difíciles", aseveró Biden nada más aterrizar en el Reino Unido, insistiendo en el mensaje que ha estado repitiendo desde que asumió el cargo hace cinco meses.

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