Mujeres paquistaníes esperan mejoras tras Nobel

Mujeres paquistaníes esperan mejoras tras Nobel
Mujeres paquistaníes esperan mejoras tras Nobel
Agencias Internacionales
12 de octubre 2014 - 22:00

Saima Bibi tenía 13 años cuando tuvo que casarse por la fuerza para saldar un conflicto familiar, una costumbre del valle de Swat (noroeste de Pakistán), donde creció Malala Yousafzai, galardonada con el premio Nobel de la Paz. Bibi, una excelente alumna que tenía las mejores notas de su clase, fue obligada a abandonar sus estudios y sus sueños de tener una educación.

Ahora que tiene 22 años afirma que Malala le dio "la valentía" de oponerse a su esposo y a la familia de su marido para tratar de volver al colegio, y está decidida a que sus cuatro hijos terminen sus estudios.

"Cuando la foto de Malala fue publicada en los diarios, todos mis familiares afirmaban que se trataba de una conspiración contra el islam. Pero a mí ella me gustó desde el principio", declaró a la AFP durante una visita al médico en Mingora, la principal ciudad de Swat.

Aunque algunas personas dijeron que el Premio Nobel de la Paz otorgado el viernes a Malala mancillaba la reputación de Pakistán en el extranjero, este galardón fue recibido con gran satisfacción por los dirigentes políticos y la prensa paquistaníes.

El premio también puso en evidencia las elevadas tasas de analfabetismo y de ausentismo escolar infantiles, sobre todo de las niñas.

Aunque Malala Yousafzai, quien actualmente tiene 17 años, tuvo que abandonar su país después de ser baleada en la cabeza por talibanes hace dos años, millones de niños no estudian en su país porque son más valiosos para sus familias mendigando, trabajando en los campos o casados para obtener una dote.

Los talibanes destruyeron cientos de escuelas cuando gobernaban Swat, de 2007 a 2009, y si bien una ofensiva militar obligó a muchos combatientes a refugiarse en las zonas tribales de Pakistán, persisten los problemas.

En Pakistán, unos 25 millones de niños de 5 a 16 años no asisten al colegio, de los cuales 14 millones son niñas, de acuerdo con Alif Ailaan, un grupo que milita por la educación.

Las cifras oficiales señalan que 69% de los niños y 44% de las niñas están inscritos en las escuelas primarias en Swat. Estas cifras caen a sólo 5 y 2% a los 14 años, cuando comienzan la educación secundaria, reflejando la tendencia nacional.

Iffat Nasir, una importante responsable de la educación, dijo que la mayoría de las niñas abandonaba los estudios alrededor de los 13 años para contraer matrimonio, y que en las zonas rurales a los estudiantes les resulta difícil acceder a la educación.

"En la región hay pobreza, de modo que las niñas comienzan a trabajar bordando y haciendo costura después de la escuela primaria", señaló.

"Las familias las utilizan para los trabajos domésticos", agregó.

- "Mi padre me apoyó" -

En general, las niñas que logran superar estas dificultades cuentan con el respaldo de una figura masculina fuerte, como el padre de Malala, Ziauddin Yousafzai, para enfrentar la hostilidad dentro de su propia familia.

Fazeelat Akbar, una médica de 32 años, dijo que esperaba que el éxito de Malala ayudaría a más hombres a cambiar de opinión.

"Yo obligué a mi familia a que me permitiera continuar mi educación después del liceo. Estaba decidida a proseguir mis estudios y afortunadamente mi padre me apoyó", dijo.

Los observadores esperan que el nobel de Malala permita mejorar el destino de todos los niños en edad escolar, pero muchos se muestran pesimistas.

"No creo que (el gobierno) abra los ojos y diga 'caramba, Malala ganó el nobel, ahora tenemos que convertir esto en una prioridad'", dijo la escritora feminista Bina Shah.

"Ellos dirán 'qué bueno, estamos orgullosos de ella' y continuarán haciendo lo mismo", sostuvo.

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