Líder norcoreano ejecutó a 70 funcionarios hasta ahora
El joven líder de Corea del Norte, Kim Jong Un, ejecutó a 70 personas desde que llegó al poder a finales de 2011 en un "mandato de terror" que excede de lejos el derramamiento de sangre de su antecesor en el cargo, su padre, dijeron el jueves funcionarios surcoreanos.
El ministro de Exteriores de Corea del Sur, Yun Byung-se, comparó en un foro en Seúl las 70 muertes ordenadas por Kim Jong Un con las ejecuciones decretadas por su fallecido padre, Kim Jong Il, quien dijo que había ordenado matar a unas 10 personas en sus primeros años en el poder.
Un funcionario del Servicio Nacional de Inteligencia de Corea del Sur, que rechazó ser identificado, confirmó que la agencia de espionaje cree que el más joven de los Kim ha ejecutado a unos 70 responsables, pero no reveló cómo se obtuvo la información.
Yun dijo también que este "mandato de terror afecta significativamente" a los norcoreanos que trabajan en el extranjero, inspirándolos a desertar al Sur. El ministro tampoco reveló cómo obtuvo los detalles.
Corea del Norte, una nación autoritaria gobernada por la familia Kim desde 1948, es hermética sobre su funcionamiento interno y la información, incluso la recogida por la inteligencia surcoreana, suele ser imposible de confirmar.
Kim Jong Un ha terminado con miembros clave de la vieja guardia a través de una serie de purgas desde su llegada al poder tras el fallecimiento de Kim Jong Il. La más espectacular hasta la fecha fue la ejecución de su tío, Jang Song Thaek, en 2013 por supuesta traición. Jang estaba casado con la hermana de Kim Jong Il y en su momento fue considerado el segundo hombre más poderoso del país.
La agencia de espionaje surcoreana dijo a legisladores en mayo que Kim ordenó que su entonces jefe de seguridad, Hyon Yong Chol, fuese asesinado por un arma antiaérea por quejarse sobre el joven mandatario, responderle y quedarse dormido en una reunión.
Expertos dicen que Kim podría usar el miedo para fortalecer su liderazgo, pero estos esfuerzos podrían fracasar si no mejora la destrozada economía del país.