El pago de deuda cubana a un fondo de riesgo, en manos de la justicia británica

Cuba
Personas caminan por las calles de Cuba / EFE
AFP
02 de febrero 2023 - 07:00

La justicia británica debe determinar este jueves si el fondo de capital de riesgo CRF I Limited es un acreedor legítimo de Cuba.

Cuba asegura que nunca autorizó traspasar deuda comercial impagada de la época de Fidel Castro al "fondo buitre" CRF, que defiende haberla adquirido legalmente y la reclama con nutridos intereses.

Tras siete días de vistas en Londres, que incluyeron el testimonio de un exbanquero encarcelado y acusaciones de soborno, la magistrada Sara Cockerill, de la división mercantil de la Alta Corte, deberá determinar si el fondo de capital de riesgo CRF I Limited es un acreedor legítimo.

Establecido en las Islas Caimán "para invertir en deuda soberana cubana impagada", CRF I adquirió una cartera de unos 1.300 millones de dólares, convirtiéndose en el mayor acreedor privado de Cuba.

Reclama en este caso dos créditos contraídos por el Banco Nacional de Cuba (BNC) en 1984, cuando aún ejercía como banco central, con las entidades europeas Crédit Lyonnais e Istituto Bancario Italiano. Contratados en marcos alemanes, correspondían a unos 12 millones y 3 millones de dólares, pero CRF sostiene que ahora superan 78 millones con intereses.

Aunque su monto no es lo esencial: si gana podría abrir la puerta a nuevos juicios por miles de millones de dólares en préstamos comerciales que Fidel Castro declaró en "default" a finales de los años 1980, antes de la crisis económica que siguió a la caída de la Unión Soviética en 1991.

Sin entrar de momento en el fondo de la demanda, la decisión de Cockerill, que puede tardar semanas o meses, versará sobre la cuestión preliminar de si CRF I adquirió los derechos legítimamente. 

La decisión podrá ser apelada, lo que augura años de batalla legal. 

Otros países latinoamericanos libraron largos procesos contra fondos buitres como Elliott Management Corporation, que ganó un multimillonario juicio contra Argentina por su "default" de 2002, impidiéndole el acceso a los mercados internacionales durante una década.

¿"Fondo buitre" o acreedor responsable?

CRF I adquirió los derechos de los créditos en 2019 a ICBC Standard Bank, filial británica del Banco Industrial y Comercial de China.

Pero las autoridades cubanas aseguran que la transacción fue nula por no contar con la aprobación del gobierno cubano, sino únicamente de Raúl Eugenio Olivera Lozano, director de operaciones del BNC, entidad que desde la creación del Banco Central de Cuba en 1997 ya no representaba al Estado.

Olivera, que cumple 13 años en una cárcel cubana por aceptar la promesa de 25.000 libras (31.000 dólares) del fondo para realizar la operación ilícita, confirmó durante un testimonio por videoconferencia que había sido sobornado, pese a que los abogados de La Habana retiraron esta polémica acusación de la causa y se centraron en demostrar que la autorización no siguió las reglas.

El BNC "no tenía capacidad para actuar en nombre del Estado cubano, pero incluso si eso fuera incorrecto, se aplicaba la regla de las dos firmas" y la operación solo contó con la de Olivera, defendió el abogado Anton Dudnikov. 

"El ministerio de Finanzas y Precios no tenía ningún conocimiento ni estuvo implicado", subrayó su colega Alison Macdonald, asegurando que en noviembre de 2020 el gobierno refutó la asignación tras abrir una investigación por soborno contra Olivera y que las prácticas de CRF demostraban su calidad de "fondo buitre", inaceptable para las autoridades cubanas. 

Otros tres responsables del BNC, el presidente René Lazo Fernández, la exjefa del departamento de deuda exterior Londa Caridad Martí y la secretaria María Teresa Compte Zubeldia fueron condenados a penas menores por su responsabilidad en la operación.

Pero Jawdat Khurshid, abogado de CRF, defendió con ayuda de expertos, como la licenciada en derecho cubano Hosanna Rodríguez Calvo, y profusos detalles sobre correspondencia por emails y cartas, que eran "oficiales del estado cubano" y actuaron correctamente.

Aseguró que siguieron el manual del BNC, que no requería la aprobación ministerial, y que otras transacciones anteriores habían sido autorizadas con la única firma de Olivera. 

Con "más de 40 años de experiencia en el sistema bancario cubano" conocía el procedimiento y actuó correctamente, aseguró. Y solo dijo que había sido sobornado cuando "lo empujaron" a ello, agregó. 

Los llamados fondos buitres adquieren deuda perjudicada a precio de remate y buscan recuperarla en los tribunales con pingües intereses. 

CRF I asegura, sin embargo, que es un fondo pequeño, que preferiría evitar un largo y costoso juicio y sigue abierto a renegociar la deuda con La Habana después que esta rechazara una oferta de quita del 60%.

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