Ortega cumple 75 años sin dar muestras de querer dejar el poder en Nicaragua
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, cumple 75 años este miércoles, sin dar muestras de querer dejar el poder, tras casi 14 años de mandato consecutivos y 25 si se suman sus dos épocas anteriores de Gobierno, ambas marcadas por conflictos y crisis.
Ortega, máximo líder del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), es el hombre que ha dominado durante los últimos 40 años la política de Nicaragua, el tercer país más pobre de Latinoamérica detrás de Haití y Venezuela, y su partido espera que continúe gobernando después de las elecciones del 7 de noviembre de 2021.
La permanencia de Ortega en el poder ha causado polarización en Nicaragua, ya que mientras sus seguidores confían en que no hay nadie que pueda sustituirlo, los opositores creen que el exguerrillero no tiene capacidad para dirigir el país, debido a que aplica políticas económicas que son rechazadas, y a que basa su Gobierno en lo que denominan "represión".
El punto de quiebre estuvo en las protestas masivas antigubernamentales de 2018, que fueron reducidas con ataques armados de policías y "paramilitares" sandinistas que, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), dejó al menos 328 muertos, incluyendo decenas de niños.
Los hechos de 2018 causaron una crisis sociopolítica y económica de la que Nicaragua todavía no se recupera. Hasta mediados de 2020 algunos organismos humanitarios locales contabilizaban 684 muertos en las protestas. El Gobierno de Ortega las cifra en 200 muertos.
Otros grupos e instituciones, como la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh), han reportado que más de 100.000 nicaragüenses han optado por el exilio, y que los "presos políticos" son unos 700, de los cuales 113 permanecen en prisión y el resto tiene algún tipo de libertad condicional, a la par de un retroceso económico que se ha extendido por tres años.
La situación actual de Nicaragua ha hecho revivir los recuerdos de los años 1980 a 1990, la primera época de Ortega como presidente, cuando el país se hundió en la peor crisis económica de su historia y una guerra interna que dejó más de 50.000 muertos.
Dicha etapa fue superada con unas elecciones en las que Violeta Barrios de Chamorro superó al exguerrillero.
Al igual que hace 30 años, los opositores y la comunidad internacional coinciden en que la solución a la crisis de Nicaragua llegue con un proceso electoral, pero han exigido que sean "libres, transparentes, justas, y observadas", dada la desconfianza que genera en varios sectores el dominio de Ortega sobre todos los Poderes del Estado.
La 50 Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA) demandó a Ortega realizar reformas electorales que garanticen unos comicios libres y confiables, ante lo cual el líder sandinista respondió: "no se metan con nosotros".
Con un cuarto de siglo en el poder, Ortega ya es la persona que más tiempo ha permanecido como jefe de Estado en Nicaragua y, de mantenerse en el cargo después de 2021, garantizaría 30 años en la principal ocupación que ha desarrollado en su vida.