El cónclave más largo duró casi tres años y el más corto 10 horas
El próximo cónclave iniciará el miércoles 7 de mayo y se elegirá al papa 267 de la historia de la Iglesia católica.
Desde el apóstol Pedro, en el siglo I, a Jorge Mario Bergoglio, la Iglesia católica reconoce a 266 papas y el sucesor de Francisco será el número 267. El próximo 7 de mayo iniciará uno de los procesos con más tradición y misterio. La duración del mismo dependerá del discernimiento de los electores, 135 cardenales menores de 80 años habilitados para votar.
Pero en la historia de la Iglesia las cosas no han sido fáciles, tampoco durante la elección de un papa. Así, el cónclave más largo duró dos años y nueve meses y el más corto tan solo 10 horas.
Viterbo se puso manos a la obra
Corría el siglo XIII en la ciudad de Viterbo, al norte de Roma. Tras la muerte del papa Clemente IV, el cónclave se extendió entre 1268 y 1271, porque los cardenales no se ponían de acuerdo para elegir al sucesor.
Tanto el papa como la curia residían en esta ciudad italiana, según National Geographic, para mantenerse lejos de los conflictos políticos en Roma.
En este lugar incluso se construyó una sede oficial y un Palacio Papal. El proceso para elegir al papa inició, como de costumbre, con los cardenales deliberando y reuniéndose una vez al día en la catedral de San Lorenzo para la votación.
No tardaron los problemas para atrasar el proceso, factores que no eran religiosos sino políticos, por la división de la curia entre los carolinos, que eran partidarios de un papa francés, y los gibelinos, que apoyaban a un papa del Imperio Romano Germánico.
También se sumaron otras facciones más pequeñas que estaban relacionadas con las familias Orsini y Annibaldi de la nobleza en Roma.
La elección de un papa requiere de la mayoría de dos tercios de los votos de los cardenales, algo que no se conseguía; además, los habilitados para votar solo eran 20 cardenales, lo que representaba conseguir al menos 14 votos a favor de una figura.
Con el paso del tiempo se estancó, al punto que ya no votaban diariamente, sino una o dos veces por semana y luego pasaban semanas sin votación. También había propuestas de nuevos candidatos a la espera del consenso y de que un bando u otro diera su brazo a torcer.
Pero no hay enfermedad que dure cien años ni cuerpo que lo resista. La ciudad de Viterbo sufría económicamente la larga elección y los cardenales seguían alojados y bien alimentados gracias a las arcas que se iban vaciando paulatinamente.
La paciencia llegó al límite y los pobladores, apoyados por sus autoridades, redujeron las raciones de comida y agua a los cardenales.
De acuerdo con una nota de National Geographic, se decidió el traslado de las votaciones al Palacio Papal en lugar de la catedral, para encerrarlos con llave hasta que eligieran al papa. De allí nació el término cónclave, que en latín "cum clave" quiere decir con llave.
La indecisión de los cardenales seguía, por lo que se tomaron acciones más duras. Retiraron el techo de los dormitorios y la sala donde deliberaban en el Palacio Papal y, de una manera astuta, les informaron que era para ayudarles porque, sin el techo de por medio, “Dios los iluminaría”.
Las cosas se tornaron difíciles al llegar el otoño y luego el invierno, por lo que muchos enfermaron ante las inclemencias del tiempo y el racionamiento, al punto de que tres cardenales murieron.
Finalmente, por la incapacidad de llegar a un acuerdo, delegaron la elección a un reducido comité formado por seis miembros de todas las facciones. Se propuso a Teobaldo Visconti, que no pertenecía al Colegio Cardenalicio y estaba participando de una cruzada en Tierra Santa, según cita la National Geographic.
Era un hombre que no tenía implicaciones políticas y gozaba de fama de ser piadoso. Se enteró de su escogencia en Tierra Santa. Fue convencido de delegar sus funciones, llegó a Viterbo, habló con los cardenales y aceptó el nombramiento.
Fue coronado como Gregorio X en la basílica de San Pedro y la primera acción que tomó fue trasladar la curia a Roma.
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Tiempo récord
A diferencia del cónclave de Viterbo, el más corto de la historia se dio en 1503, durando solamente 10 horas.
Se desarrolló entre el 31 de octubre y el 1 de noviembre de 1503 y fue elegido Giuliano della Rovere bajo el nombre del papa Julio II, luego de obtener 35 de los 38 votos.
Otro ejemplo es el cónclave que eligió a Eugenio Pacelli bajo el nombre del papa Pío XII, quien obtuvo el abrumador apoyo en la tercera votación. Solo duró 24 horas, del 1 al 2 de marzo de 1939.