El opositor ruso exiliado Gudkov denuncia la deriva dictatorial de Putin
La Rusia de Vladimir Putin se está convirtiendo en una "dictadura" determinada a "destruir" la oposición antes de las legislativas de septiembre, estimó el opositor exiliado Dmitri Gudkov, recién huido para proteger su familia de las represalias del Kremlin.
Este ex diputado ruso de 41 años pasó 48 horas detenido la semana anterior por un asunto de alquileres impagados que salpicaba también a su tía.
Después, de acuerdo con la versión de este opositor que quería presentarse a las legislativas, "gente próxima al Kremlin" llamó a su padre y su esposa para que le pasaran el mensaje de abandonar el país al menos "hasta el día de la elección".
Si no, se iniciarían procedimientos judiciales contra otros allegados suyos.
"Hace tiempo (que Rusia) es autoritaria, pero allí ahora estamos más bien cerca de una dictadura", afirma Gudkov en una entrevista con la AFP en Ucrania, adonde ha llegado esta semana.
"Querían que me fuera para que no les moleste mientras falsean las elecciones (...) Con esto me refiero al régimen", continúa este hombre de casi dos metros de altura, pelo oscuro y ojos claros, habitual en manifestaciones contrarias al poder desde hace una década.
Según él, el Kremlin prevé verse enfrentado a protestas postelectorales puesto que su partido, Rusia Unida, ganará ampliamente la votación pese a su impopularidad.
"No quieren al menor líder capaz de movilizar a la gente" en la calle y, por ello, "la oposición ha sido destruida en Rusia", insiste Gudkov.
A principios de año, el principal opositor ruso, Alexéi Navalni, fue encarcelado para dos años y medio tras sobrevivir a un envenenamiento. Y sus organizaciones están a punto de ser declaradas "extremistas", lo que impedirá el concurso de sus miembros en las elecciones.
Putin 2024
Otro caso es el de Andréi Pivovarov, el exdirector de la organización Rusia Abierta, fundada por el millonario y opositor en el exilio Mijaíl Jodorkovski.
Fue detenido el 31 de mayo a bordo de un avión que debía llevarlo a Polonia. La justicia le reprocha su trabajo para una organización "considerada indeseable", un delito punible con hasta seis años de cárcel.
En paralelo, varios medios independientes fueron declarados "agentes extranjeros", forzando a uno de ellos, VTimes, a cerrar por falta de anunciantes.
Moscú también prevé legislar para que las grandes redes sociales, consideradas demasiado liberales, se sometan a las normas rusas en materia de libertad de expresión.
Según Gudkov, el régimen allana el terreno para las legislativas, pero también para las elecciones presidenciales de 2024 en las que Vladimir Putin, en el poder desde 2000, podrá presentarse gracias a una reforma constitucional aprobada en un plebiscito el año anterior.
"Liquidan todas las amenazas de golpe de cara a la transición de 2024, aunque esta sea una transición de Putin a Putin. Está claro que un Gudkov en la tribuna parlamentaria habría sido un problema", explica el opositor, que tuvo que renunciar a presentarse a los comicios por sus problemas judiciales.
Pero para él, el poder ruso se equivoca pensando que la represión le garantiza la supervivencia.
"La cuestión del cambio de régimen no se decidirá en unas elecciones. Hay verdadera fatiga hacia la política que se está desarrollando, no solo en el seno de la sociedad, sino también en la élite", dice, recordando las sanciones occidentales que afectan a un cuantioso número de altos responsables económicos y políticos rusos.
"Un día habrá un cisma en la élite y los problemas no se deberán a la oposición, sino al régimen que se va a pelear consigo mismo", augura.