La cumbre del G20 refuerza aún más su blindaje por los atentados de París
Si la cumbre del G20 de Antalya ya iba a ser una de las citas de este grupo de países que iba a contar con más medidas de seguridad, los atentados de anoche en París han hecho reforzarlas aún más y extremar los controles previstos para este evento.
A partir de hoy empezarán a llegar los líderes de los países del G20 a esta reunión de Antalya de los días 15 y 16 de noviembre, en la que participarán, entre otros, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y el de Rusia, Vladimir Putin.
Las extremas medidas de seguridad ante cumbres de estas características ya se habían reforzado tras algunos actos terroristas en Turquía como el del pasado 10 de octubre en Ankara durante una manifestación en favor de la democracia y que provocó la muerte de casi un centenar de personas.
Y hoy, según han informado a Efe fuentes de la organización, no ha habido ninguna orden relativa a la adopción de nuevas medidas, pero se están extremando desde primera hora del día las ya existentes a consecuencia de las acciones terroristas perpetradas anoche en la capital francesa.
Controles de seguridad
Ayer, miembros de delegaciones, diverso personal y periodistas ya tenían que pasar diversos controles de seguridad exhaustivos para acceder al complejo en el que se va a desarrollar la cumbre, en el municipio de Belek, y hoy se revisan al detalle cada una de las pertenencias.
Escáneres situados en el acceso principal facilitan esa labor, aunque eso no es óbice para que se comprueben escrupulosamente de forma manual todos los equipos y gran parte de los equipajes.
El municipio de Belek está literalmente fortificado, con una zona restringida de diez kilómetros a lo largo de la costa y un kilómetro de ancho y a la que el Gobierno de Turquía ha enviado a 7.000 agentes de otras regiones para llegar a contar con un dispositivo de 12.000 policías.
Estos efectivos son los que se siguen encargando hoy de la seguridad en los accesos y, por el momento, no ha habido orden de que se desplieguen efectivos militares.
La ubicación de la sede de la cumbre al lado del mar hace que también haya vigilancia marítima, con presencia de patrulleras que se encargan de esa tarea.
Son 28 los hoteles que se encuentran situados en esta zona, muy turística y concurrida especialmente en verano, y que han sido reservados para acomodar a delegaciones y periodistas.
Los representantes de los medios de comunicación internacionales ya pasan el control de acreditación en el aeropuerto, donde el Gobierno turco ha instalado una oficina que se encarga de ese cometido.
Solo con esa acreditación es posible acceder a uno de los autobuses habilitados para trasladarse a la zona de la cumbre (distante unos veinte kilómetros) y que dejan a sus ocupantes en el control principal de entrada a todo el complejo.
Pero una vez superado este control, hay otro de las mismas características en el acceso al hotel correspondiente.
El municipio de Belek se encuentra fuera del perímetro de seguridad y vallas metálicas separan muchas de sus viviendas y locales comerciales de la calzada de acceso al evento.
Eso hace imposible que sus habitantes puedan trasladarse durante la cumbre a la playa situada a un kilómetro de la población.
Ante las habituales concentraciones de protesta en este tipo de eventos, la oficina del gobernador de la provincia de Antalya ha prohibido todo tipo de protestas, tanto en el aeropuerto o sus inmediaciones como en Belek.
En esas zonas ha quedado prohibido "realizar manifestaciones, marchas, sentadas, reuniones al aire libre o en lugares cerrados, lecturas de comunicados de prensa, ni pegar carteles, desplegar pancartas, distribuir octavillas, colocar puestos informativos ni montar tiendas de campaña", según el comunicado de la oficina del gobernador.