El Estado Islámico pierde su último bastión urbano en Irak
Las tropas iraquíes reconquistaron en unas horas este viernes Rawa, la última ciudad en manos del grupo Estado Islámico (EI), infligiendo una nueva derrota a los yihadistas que ya sólo controlan un pequeño territorio de Irak en la frontera con Siria.
En Siria la organización yihadista está también en una posición crítica, arrinconado en Bukamal, su último bastión urbano, por las fuerzas del gobierno de Bashar al Asad.
En un poco más de tres años, el "califato" proclamado por el Estado Islámico en Siria e Irak ha perdido prácticamente todas sus posiciones.
En 2014, el grupo controlaba un territorio de siete millones de habitantes tan grande como Italia a caballo entre los dos países, donde controlaba numerosas ciudades.
Pero ahora ha sido expulsado de casi todos los centros urbanos de Irak, donde ya no controla más que el 4% del territorio, según Hicham al Hachemi, un especialista iraquí del EI.
"Se han liberado zonas pobladas y delimitadas administrativamente. Pero los uadi (cauces secos de ríos) y los oasis, las grandes zonas desérticas, que representan 4% del territorio iraquí, siguen en manos del EI", dijo Hicham al Hachemi a la AFP.
Tras la conquista de Rawa, las fuerzas iraquíes deben seguir rastrillando amplias zonas del desierto a lo largo de la frontera con Siria para terminar con los últimos yihadistas.
"Militarmente, el EI está derrotado, pero ahora vamos a perseguir sus residuos para erradicar su presencia", dijo el general iraquí Yahya Rassul, portavoz del Mando Conjunto de Operaciones (JOC), tras la liberación de Rawa.
Operación relámpago
Al igual que hace dos semanas en Al Qaim, una localidad vecina, puerta de entrada a ese bastión desértico del EI, las tropas gubernamentales y paramilitares avanzaron rápidamente, sin encontrar mayor resistencia.
Los yihadistas -afirman militares y responsables locales- huyen hacia Siria poco antes de la llegada de las tropas iraquíes, que preparan el ataque llamando a los habitantes a izar banderas blancas y a los yihadistas a rendirse.
La conquista de Rawa, a unos 350 km al oeste de Bagdad, fue una ofensiva relámpago que logró el objetivo tan solo tres horas después de que el Mando de Operaciones Conjuntas (JOC) anunciara el ataque.
Las tropas iraquíes "liberaron Rawa e izaron la bandera iraquí en todos los edificios públicos", dijo el general Nomane al Zobai, comandante de la 7ª división del ejército iraquí.
Las tropas se dedican ahora a "limpiar de minas y bombas" la ciudad, agregó Al Zobai en Rawa.
Del otro lado de la frontera, el grupo Estado Islámico enfrentaba una nueva ofensiva de las tropas gubernamentales en Bukamal, su último bastión urbano, situada en la rica provincia petrolera de Deir Ezzor.
El ejército sirio anunció hace una semana que había conquistado Bukamal, pero los yihadistas lanzaron una contraofensiva retomando el control de la ciudad.
Tras el nuevo ataque lanzado la víspera, el gobierno volvió a ocupar los suburbios oeste, sur y este de la ciudad.
Los yihadistas controlan aún el 25% de la provincia de Deir Ezzor y algunas bolsas de resistencia en las provincias de Hamas (centro), Damasco y en el sur de Siria.
En Deir Ezzor, el Estado Islámico sufre una doble ofensiva final por parte de las tropas sirias, en el margen occidental del río Éufrates, y las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), una alianza kurdo-árabe apoyada por Estados Unidos, en el oriental.
Irak y Siria terminaron prácticamente con el control territorial de los yihadistas, pero deben prepararse para una guerra de guerrillas y atentados suicidas, particularmente en la provincia de Al Anbar, estimaron los expertos.
"Vamos a comenzar a adentrarnos en el desierto para terminar de liberar la frontera con Siria y garantizar la seguridad", afirmó el general Rassul.