Detienen a salvadoreño símbolo de la política migratoria de Trump para ser deportado a Uganda
Kilmar Ábrego García, liberado recientemente en Estados Unidos, fue arrestado en Baltimore y enfrenta un proceso para ser enviado a Uganda bajo un acuerdo migratorio con Washington.
Baltimore, Estados Unidos/El salvadoreño Kilmar Ábrego García, considerado un emblema de la política migratoria impulsada por el expresidente Donald Trump, fue detenido nuevamente este lunes por las autoridades estadounidenses. El Departamento de Seguridad Nacional confirmó que el hombre de 30 años será procesado para su deportación a Uganda, país de África Oriental que mantiene un convenio con Washington para recibir migrantes indocumentados.
Ábrego García había acudido a una cita con el Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) en Baltimore, en el estado de Maryland, luego de haber sido liberado días antes de una prisión en Tennessee. Según su abogado, Simon Sandoval-Moshenberg, la convocatoria fue presentada como una entrevista rutinaria, pero en realidad se trataba de una estrategia para detenerlo nuevamente. “Claramente eso era falso. No había necesidad de detenerlo, ya estaba bajo monitoreo electrónico”, denunció el jurista, quien consideró la medida como un castigo político.
Fuera de las oficinas del ICE, una multitud de simpatizantes se congregó con pancartas que exigían su liberación y corearon consignas como “¡Vergüenza, vergüenza!”.
“Pase lo que pase hoy, prométanme que continuarán rezando, peleando, resistiendo y amando. No solo por mí, sino por todo el mundo. Sigan pidiendo libertad”, dirigió Ábrego García.
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El caso adquirió un giro inesperado el fin de semana, cuando sus abogados denunciaron que el gobierno estadounidense planeaba deportarlo a Uganda. En un recurso judicial, solicitaron la desestimación del procedimiento, argumentando que la medida es vengativa y una represalia por haber impugnado su deportación inicial a El Salvador.
Ábrego García, quien está casado con una ciudadana estadounidense, había sido liberado por orden judicial el viernes y se encontraba bajo arresto domiciliario mientras enfrentaba cargos por tráfico de personas. El salvadoreño niega haber cometido delitos, pese a que la Casa Blanca lo calificó la semana pasada como “criminal, extranjero ilegal, golpeador de mujeres” y supuesto miembro de la pandilla MS-13.
La propuesta de deportarlo a Uganda fue comunicada a sus abogados apenas minutos después de su liberación. Previamente, funcionarios habrían ofrecido enviarle a Costa Rica a cambio de una confesión de culpabilidad, lo que el acusado rechazó.
El caso ha generado posturas encontradas: los partidarios de Trump celebran la dureza de las medidas, mientras que organizaciones de derechos humanos advierten que este tipo de deportaciones aceleradas, sin audiencias judiciales, representan una violación a la legislación estadounidense y a los principios básicos de debido proceso.