Enviados del papa cierran visita a Chile con un llamado a investigar los abusos
Los enviados especiales del papa Francisco a Chile finalizaron este martes su misión pastoral en el país con un llamado a investigar las denuncias de abusos sexuales cometidos por miembros del clero.
"Investigar es un deber de justicia. Necesitamos hacer justicia con las víctimas por el bien del país y también de la Iglesia", afirmó el arzobispo de Malta, Charles Scicluna, en una rueda de prensa en Santiago.
Scicluna y el sacerdote español Jordi Bertomeu pusieron hoy el cierre a una visita de siete días a Santiago y Osorno durante la cual se reunieron con cientos de personas, entre las que se encuentran víctimas de abusos, comunidades católicas y sacerdotes y religiosos del país austral.
"Ha sido una experiencia hermosa compartir con diversas comunidades llenas de hombres y mujeres que, aún con sus heridas a cuestas, nos han abierto su corazón y se han dispuesto al diálogo y a iniciar un camino de reconciliación", sostuvo el arzobispo maltés.
Scicluna explicó que durante las reuniones sostenidas la última semana ha recibido la petición de que la Iglesia avance en el camino de la verdad, la justicia y la reparación de las víctimas, algo en lo que, dijo, coincide el papa Francisco.
"Por ello, reitero que la invitación a reconocer y admitir la verdad completa con todas sus dolorosas repercusiones y consecuencias es el punto de partida para una curación auténtica, tanto de la víctima como del autor de los abusos", manifestó.
La visita de los emisarios del papa se dio en el contexto de la grave crisis por la que atraviesa la Iglesia chilena a raíz de múltiples denuncias de víctimas por los abusos sexuales presuntamente cometidos por miembros del clero en distintas diócesis del país durante décadas.
La situación se agravó el pasado mes de enero durante la visita del papa a Chile cuando el pontífice defendió públicamente al obispo Juan Barros, acusado de encubrir los abusos cometidos por el influyente sacerdote Fernando Karadima.
El papa se retractó poco después y mandó a Scicluna y Bertomeu por primera vez al país suramericano para recopilar antecedentes de las denuncias contra Barros y otros casos.
El resultado de esa primera visita fue un extenso informe que Scicluna entregó a Mario Bergoglio, que después de leerlo admitió que había sido mal informado y pidió perdón a las víctimas.
Además llamó al Vaticano a 34 obispos chilenos, que tras varias jornadas de reuniones presentaron sus renuncias en bloque después de reconocer que habían cometido "graves errores y omisiones".
El lunes de la semana pasada, antes de la llegada a Chile de los enviados, el papa aceptó la renuncia de Barros, que lideraba la diócesis de Osorno, y de otros dos obispos.
Scicluna anunció este martes que un grupo de expertos del Consejo Nacional de Prevención de Abusos de la Conferencia Episcopal de Chile estará a cargo de una oficina especial para recibir y tramitar nuevas denuncias de abusos.
El arzobispo destacó también la "cercanía" del papa Francisco con la diócesis de Osorno, una ciudad donde la comunidad católica está dividida en torno a la figura de Juan Barros, cuestionado por algunos grupos de fieles y apoyado por otros.
Los más críticos con Barros estaban dolidos con el papa, que en 2015 los calificó de "tontos" y "zurdos". El pasado domingo, en la llamada misa de reconciliación en Osorno, Scicluna les pidió perdón en nombre del papa "por haberles herido y ofendido profundamente" al defender al obispo Barros.