FARC decretan cese del fuego unilateral por un mes en Colombia
La guerrilla comunista de las FARC anunció este miércoles que ordenará un cese al fuego unilateral por un mes a partir del 20 de julio para desescalar el conflicto armado, acogiendo un llamado de los cuatro países que acompañan el proceso de paz para Colombia.
"Recogiendo el espíritu del llamado de los garantes del proceso, Cuba y Noruega, y de los acompañantes del mismo, Venezuela y Chile, anunciamos nuestra disposición de ordenar un cese al fuego unilateral a partir del 20 de julio, por un mes", dijo a la prensa el jefe negociador de las FARC, Iván Márquez.
El martes estos cuatro países hicieron un llamado a las partes a un "desescalamiento urgente" del conflicto armado de medio siglo, que recrudeció en las últimas semanas con decenas de bajas en ambos bandos y daños a la infraestructura y el medio ambiente.
Márquez, quien el martes agradeció el llamado de los cuatro países, indicó que con el cese al fuego unilateral la guerrilla busca "generar condiciones favorables para avanzar con la contraparte en la concreción del cese al fuego bilateral y definitivo".
La delegación negociadora del gobierno, encabezada por Humberto de la Calle, no comentó el anuncio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la mayor guerrilla de ese país.
Sin embargo, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, dijo el martes que acogía el llamado de los cuatro países al desescalamiento del conflicto y propuso "acelerar" las negociaciones de paz para conseguir un alto al fuego definitivo.
Desde el inicio de las negociaciones de La Habana, en noviembre de 2012, las FARC han propuesto una tregua bilateral mientras se desarrollan las pláticas de paz, a lo que se ha opuesto reiteradamente Santos.
Las FARC pusieron en vigor una tregua unilateral por tiempo indefinido en diciembre, pero la levantaron en mayo tras una seguidilla de ataques militares, en los que murió una treintena de guerrilleros.
Márquez acusó el martes al gobierno colombiano de haber incrementado las incursiones militares contra las campamentos de las FARC mientras éstas cumplían su tregua unilateral y afirmó que las autoridades "no supieron valorar" este gesto de la guerrilla.
El gobierno y las FARC se achacan mutuamente la responsabilidad de haber encendido la chispa que condujo al escalamiento del último conflicto armado en América, que dura ya medio siglo y que ha dejado 220.000 muertos y seis millones de desplazados.
El primer gran incidente ocurrió a mediados de abril, cuando una emboscada guerrillera dejó 11 militares muertos. Las FARC alegan que se trató de una acción defensiva, ya que los soldados estaban persiguiendo a un destacamento guerrillero en una zona bajo control rebelde.
Un mes después el gobierno lanzó una seguidilla de ataques contra posiciones rebeldes, lo que llevó a las FARC a levantar su tregua.
Los cuatro países que acompañan el proceso llamaron a desescalar el conflicto para crear un "clima propicio" que permita que las partes logren cerrar los puntos pendientes de la agenda, "incluyendo la adopción de un acuerdo bilateral y definitivo de cese al fuego y las hostilidades, y lo referido a los derechos de las víctimas".
Ambas partes están cerca de cerrar un acuerdo parcial sobre reparación a las víctimas, y se especula que podrían anunciarlo este lunes, cuando se cierra este ciclo de pláticas de paz.
El gobierno de Santos y las FARC han consensuado hasta ahora tres de los seis puntos de la agenda de paz y han acordado además un programa de desminado y la creación de una Comisión de la Verdad.
Como "garantes" del proceso, diplomáticos de Noruega y Cuba asisten a todas las reuniones entre el gobierno y las FARC en La Habana, mientras los enviados de los países "acompañantes", Chile y Venezuela, participan solo en las sesiones de cierre de un ciclo de pláticas.
Estos países afirman que no son "mediadores", pues no intervienen en los debates, aunque dialogan separadamente con el gobierno y con las FARC.