Jefe de FARC dice que llegó a 'odiar' a la exguerrilla por atrocidades

En la imagen, el líder del partido de la FARC, Rodrigo Londoño. / EFE
Afp
15 2020 - 16:13

Rodrigo Londoño o Timochenko, jefe de la guerrilla marxista que firmó la paz en Colombia, dijo este martes que llegó a "odiar" a su organización por las atrocidades que cometió durante cinco décadas de conflicto.

Londoño reiteró un mensaje de perdón que el ahora partido político FARC difundió el lunes y reconoció que la otrora guerrilla secuestró, reclutó menores y obligó a algunas mujeres a abortar.

En el proceso de escuchar a las víctimas y reconocer la verdad sobre lo ocurrido ante un tribunal de paz "se van configurando unas FARC que yo entro a odiar porque no tiene nada que ver con las FARC a las que yo ingresé", dijo a Caracol Radio el máximo comandante de la exguerrilla.

La que fuera la organización rebelde más poderosa de América expresó su arrepentimiento la víspera por el "dolor" que les causó a sus víctimas.

"Estamos haciendo una reflexión (…) uno va interiorizando eso, porque es difícil cuando uno ha defendido algo tantos años, creyendo en eso y tener que decir que estábamos equivocados, que eso no estaba bien", admitió el dirigente.

La exguerrilla está respondiendo por secuestro, reclutamiento de menores y otros delitos atroces ante el tribunal creado a partir de los acuerdos de paz de 2016.

Como parte de lo pactado en La Habana, unos 13.000 rebeldes desistieron de la lucha armada, incluidos unos 7.000 combatientes.

En su declaración, Timochenko aseguró sentirse "impactado" por "la generosidad de las víctimas" y dijo que el testimonio de Ingrid Betancourt, secuestrada por las FARC, "incidió para que el mensaje fuera mucho más del corazón que de la reflexión".

La justicia de paz investiga más de 20.000 secuestros por parte de los rebeldes que depusieron las armas, entre ellos los de cientos de uniformados y varios políticos como la colombo-francesa Betancourt, quien pasó seis años en cautiverio antes de ser liberada en una operación militar en 2008.

Los máximos responsables de las FARC se comprometieron a confesar sus crímenes y reparar a las víctimas de su fallida lucha por el poder, a cambio de recibir un castigo alternativo a la cárcel y poder ejercer la política.

Aunque el desarme de las FARC alivió la violencia en Colombia, todavía operan grupos armados que se financian del narcotráfico y que en las últimas semanas han desatado una ola de masacres y asesinatos que también cuentan entre sus víctimas a los exguerrilleros.

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