Nuevo mando militar toma posesión en Ecuador

El presidente de Ecuador, Rafael Correa (c) a su llegada a la Escuela Militar Eloy Alfaro en Quito (Ecuador).
El presidente de Ecuador, Rafael Correa (c) a su llegada a la Escuela Militar Eloy Alfaro en Quito (Ecuador).
Efe
26 de febrero 2016 - 15:25

Un nuevo Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas tomó hoy posesión en Ecuador en un acto en el que el presidente del país, Rafael Correa, recriminó la visión de algunos de los jefes salientes, quienes, según él, consideran al Ejército una institución con privilegios frente al resto de la sociedad.

Los nuevos mandos entraron en funciones el 5 de febrero, el mismo día en que fueron destituidos los anteriores, pero la ceremonia formal de relevo sirvió para escenificar la visión del Gobierno de Correa sobre las Fuerzas Armadas, a las que considera "medios, no fines", y en las que sus integrantes no son "más importantes que los demás" ciudadanos, según dijo.

El Gobierno plasmó su concepción de la institución militar en un acto que incluyó entrega de condecoraciones y distinciones, además de desfiles y exhibición aérea, y que se hizo coincidir con una fecha señalada para darle mayor carga simbólica.

El relevo estaba previsto inicialmente para abril, pero tras la destitución, ordenada anticipadamente por Correa hace tres semanas, el Ejecutivo quiso aprovechar para el acto protocolario la conmemoración de la histórica batalla de Tarqui, que tuvo lugar el 27 de febrero de 1829 y en la que salió victorioso el general Antonio José de Sucre.

Por eso el cambio de mando, presidido por el jefe del Estado, se celebró dentro de los actos conmemorativos de la batalla del 27 de febrero, fecha que también se conoce como el Día del Ejército y de la Unidad Nacional.

Los jefes de las Fuerzas Armadas fueron destituidos por oponerse en público a una disposición del Gobierno para que el Instituto de la Seguridad Social de las Fuerzas Armadas (Issfa) devolviera al Ministerio del Ambiente 41 millones de dólares.

Ese monto corresponde a la diferencia entre los 48 millones que el Issfa percibió en 2010 por la venta de unos terrenos en Guayaquil y los siete millones que hubiera cobrado si los terrenos se hubieran tasado de acuerdo con el avalúo (valoración) municipal.

En ese caso se aplicó el avalúo de la Dirección Nacional de Avalúos y Catastros (Dinac) que, según el Ejecutivo, no era el adecuado, por lo que, con base en un dictamen de la Procuraduría del Estado, el Gobierno ordenó al Ministerio de Finanzas la retención de los valores pagados en exceso al Issfa para su entrega al Ministerio del Ambiente.

"No es posible aceptar que los uniformados realicen expresiones públicas de aspectos jurídicos administrativos y sin la autorización de la legitima autoridad civil", dijo hoy el mandatario en su intervención.

Y, aunque defendió el derecho del alto mando a tener sus propias convicciones, enfatizó que esas ideas "están subordinadas a la ley" y "al poder civil".

"En un Estado de derecho no es el alto mando (militar) el árbitro de las decisiones de la sociedad civil, peor de su comandante en jefe", sentenció Correa en alusión a su condición de jefe del Estado.

El debate en el que los mandos militares destituidos tomaron posición fue alentado por sectores de militares en situación de retiro que argumentan que el Issfa afrontará problemas financieros por la devolución del dinero.

El Gobierno, en cambio, niega tales dificultades y afirma que las pensiones de retiro de los miembros de las Fuerzas Armadas están garantizadas por el Estado.

Durante su intervención, el mandatario aludió al jefe saliente, el general de división Luis Garzón, presente en el acto, y dijo que no comparte su visión, "ese discurso de siempre" que concibe a la institución militar "como un fin en sí mismo" y que la considera la "columna vertebral de la patria".

Para el gobernante, la "columna vertebral de la patria" son también los policías, los profesionales, las madres, los estudiantes, los artesanos, los agricultores o las amas de casa.

La visión que encarna el destituido jefe militar, según Correa, presupone "que la patria empieza y termina en una institución" y se opone a la concepción del Ejército en la que todos los ciudadanos son "obreros" en la construcción de "la patria nueva, la patria digna, la patria de todas y de todos".

"Debemos buscar unas Fuerzas Armadas que son medios, no fines. Que cumplan con su deber de defender la patria, pero sin creerse más importantes que los demás", una institución de la que desaparezcan "las grandes inequidades existentes en su interior", apostilló.

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