Discurso de Varela enciende enfrentamientos en la Asamblea Nacional

El discurso del presidente Juan Carlos Varela ante la Asamblea Nacional avivó los choques entre las bancadas de oposición y oficialismo.

“Ratifico mi compromiso con el equilibrio que debe haber en una democracia. Eso no quiere decir que aceptaré el irrespeto o el chantaje de liderazgos insensatos que llevaron a este país a una confrontación”, declaró Varela.

Las declaraciones han encendido el clima político. Al parecer están ligadas a la expectativa que hay por la futura votación en el pleno de las dos magistradas de la Corte Suprema de Justicia (CSJ).

“Se trata de un discurso agresivo, contradictorio y engañoso. Nos lleva a una confrontación institucional en su afán de tomar el control de la Corte”, afirmó Pedro Miguel González, secretario general del Partido Revolucionario Democrático (PRD).

“La cúpula de Pedro Miguel los tiene secuestrados, los tiene chantajeados, los tiene amenazados. Ellos han dicho que el que vota con ellas, no los postulan”, cuestionó José Luis Varela, diputado y presidente del Partido Panameñista.

“Yo no he siento coacción del partido ni del gobierno”, respondió por su parte el diputado perredista Leandro Ávila.

Según el diputado y presidente del partido panameñista, el mensaje de su hermano iba a dirigido a un grupo específico de diputados.

“Era un mensaje directo. El gobierno no va a acceder al chantaje en la Asamblea, porque no tenemos los votos”, aclaró Varela.

Lo cierto es que la bancada panameñista necesita los votos de las otras bancadas para lograr catapultar a las nuevas magistradas en la corte.

Otro de los temas que abordó en su discurso el presidente fue la “narcopolítica”.

“No nos sirve de nada un presidente cantando que hay narco políticos. Eso cansa el oído. Lo que se necesita es una contundencia de una investigación que lleve a la cárcel a un diputado, representante, alcalde”, afirmó la diputada independiente Ana Matilde Gómez.

Las palabras del presidente Varela han provocado una agria sensación entre las bancadas opositoras. En los corrillos políticos se dice que aquel diputado de oposición que vote a favor de las magistradas ungidas por el Ejecutivo estará muerto políticamente para las próximas elecciones.