Especialistas siguen alertando sobre los efectos negativos de las huelgas

Este viernes se cumple el tercer día de huelga docente los resultados no son positivos si se miden en la medida en que se afecta al estudiantado y la educación panameña con el cierre de aulas. Desde el Ministerio de Educación y los padres de familia, sino también de la sociedad civil, preocupada por el impacto en el sistema educativo.

Adriana Angarita, experta en temas educativos, advirtió sobre las consecuencias de la interrupción académica. “El Banco Mundial ha señalado que, por cada día de clase perdido, se requieren tres para recuperar. En Panamá, ya acumulamos una gran deuda educativa desde la pandemia, siendo uno de los países que más tiempo mantuvo sus escuelas cerradas”, indicó.

Angarita alertó que el impacto es especialmente grave para los estudiantes de décimo y undécimo grado, quienes están a las puertas de cerrar un ciclo escolar crucial e iniciar su vida profesional. “Lo que está ocurriendo es devastador”, señaló.

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La especialista hizo un llamado a tomar decisiones como sociedad, más allá de posturas políticas. “Los padres de familia son el termómetro principal de la educación en un país. Su clamor es legítimo: están viendo cómo se les cierra la puerta del futuro a sus hijos y no pueden hacer nada”, expresó.

Aunque reconoció el derecho de los gremios a manifestarse, Angarita subrayó que debe haber un equilibrio entre la protesta y el respeto al derecho a la educación. “Podemos tener discusiones por derechos sin que eso prive a nuestros estudiantes de su formación. No hemos logrado tener un acuerdo”, enfatizó.

En un momento de la entrevista, hizo una analogía con el reciente fallecimiento del papa Francisco: “Fue un líder que tomó decisiones difíciles, priorizando su vocación y el bien común. Hoy quiero reconocer a los docentes y directores que siguen en las aulas cumpliendo con su rol social, aun cuando pueden simpatizar con el debate gremial.

Finalmente, Angarita insistió en que la educación es una responsabilidad compartida. “Este no es un tema exclusivo del Ministerio ni de los gremios. Los pasos que vemos hoy por parte de ciertos actores son importantes. Necesitamos cambiar las estadísticas que tanto nos duelen, como la baja capacidad lectora de nuestros estudiantes. Ya no podemos seguir haciéndole daño a la educación”.