Pandemia de la COVID-19, el nuevo desafío que enfrentan las personas refugiadas

Foto archivo de refugiados en Darién
Foto archivo de refugiados en Darién / AFP

La COVID-19 es un reto para la salud, pero también un desafío humanitario masivo para el cual no existen precedentes y en ese contexto para las personas refugiadas y solicitantes de asilo, que bajo las mejores circunstancias muchas veces suelen ser vulnerables, la pandemia ha exacerbado los riesgos y los retos que enfrentan al recomenzar una vida lejos de casa.

A nivel global, la pandemia ha puesto un reto más para las personas que en estos momentos están viéndose forzadas a huir de sus países por guerras, la violencia y la persecución.

Las situaciones de violencia se exacerbaron por medidas como restricciones de movilidad y fronteras cerradas establecidas para frenar la propagación de la COVID-19, que tuvieron el doble efecto de limitar las posibilidades de que las personas huyan y afectar sus medios de vida.

En Panamá, la principal preocupación es la falta de poder generar ingresos y, por ende, no poder comprar comida, medicinas o pagar la renta, explica a TVN-2.com, Angela Flórez, Asociada Senior de Información Pública, de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).

Muchas de las personas refugiadas y solicitantes de la condición de refugiados obtenían sus ingresos del mercado informal o de pequeños emprendimientos que durante los meses de confinamiento no pudieron llevar a cabo.

Los niños y jóvenes se enfrentan a otros retos, similares a los que panameños en situación vulnerable también enfrentan: como, la falta de conectividad que les permita continuar con sus clases de forma virtual.

Además, hay un número importante de personas que requieren acompañamiento y apoyo psicosocial, debido a la angustia y el aislamiento causado por la situación de la pandemia y de estar lejos de sus familias.

En Panamá se habilitó un servicio de apoyo a través de una línea de WhatsApp, informa Flórez.

Refugiados en números

El 18 de junio, Acnur publicó su informe anual de "Tendencias Globales". A finales de 2019, 79.5 millones de personas se habían visto forzadas a desplazarse a nivel global.

De la cifra anterior, 29.6 millones de personas se encontraban en estatus de refugiados o como desplazados fuera de su país, como resultado de la persecución, conflictos, violencia, violaciones de derechos humanos o eventos que han afectado el orden público.

En Panamá, de acuerdo con cifras de la Oficina Nacional para la Atención de Refugiados (Onpar), hay 2 mil 557 personas reconocidas como refugiadas por el Estado Panameño (cifra acumulativa desde 1990).

Además, hay 17 mil 682 personas que se encuentran como solicitantes de la condición de refugiado; es decir que están a la espera de que su caso reciba una respuesta definitiva por parte del Estado.

De acuerdo con las cifras de la Onpar, en los primeros tres meses del 2020 se recibieron 458 solicitudes de asilo en el Panamá, principalmente de personas de Nicaragua, Venezuela y Colombia.

Los refugiados y la pandemia de la COVID-19

Las personas refugiadas y solicitantes ya tuvieron que reinventarse una vez: cuando se vieron forzadas a desplazarse de sus hogares y países para comenzar una nueva vida. Ahora, al igual que todos, están buscando cómo salir adelante y subsistir.

A nivel global y en Panamá, se ha estado proporcionando a los refugiados información sobre COVID-19 y cómo protegerse, incluso, a través de numerosas líneas directas; fortaleciendo la prevención y el control de infecciones, distribuyendo jabón y otros suministros, evaluando las necesidades locales de salud, abogando por los gobiernos para su inclusión en los sistemas nacionales de salud y en general, apoyando la respuesta de los gobiernos y del sistema de Naciones Unidas en los países donde Acnur tiene presencia.

Desde la confirmación del primer caso en Panamá, Acnur y sus organizaciones socias han estado monitoreando su desarrollo y posibles efectos sobre los refugiados y solicitantes de asilo en Panamá.

Apoyo Estatal

La representante de la organización reconoce que una de las formas en las que el Estado panameño ha estado apoyando a las personas refugiadas es con la decisión del Ministerio de Gobierno y de la Onpar de extender la vigencia de los carnets de solicitantes de asilo durante la pandemia de la COVID-19.

Tener documentos vigentes para los solicitantes de asilo y refugiados es la clave para que puedan acceder a sus derechos básicos, como la salud, la educación y el trabajo”, afirma Flórez.

La medida les permitirá tener más tranquilidad sobre su proceso de solicitud y poder enfocarse en cuidar su salud y la de sus familias, así como seguir las medidas de prevención.

Según Acnur, una persona refugiada es aquella que ha sido forzada a huir de su país para salvar su vida como resultado de la persecución, conflictos, violencia, violaciones de derechos humanos o eventos que han afectado el orden público.

El proceso de solicitud de asilo en Panamá está establecido en el Decreto Ejecutivo 5 del 16 de enero de 2018. Las personas deben presentar una solicitud ante la Oficina Nacional para la Atención a Refugiados, entidad adscrita al Ministerio de Gobierno.

El proceso de solicitud incluye una entrevista legal y social en la que la persona expresa las razones por las que ha huido de su país. La ONPAR analiza los casos y decide si son admitidos o no a trámite. Aquellos casos admitidos a trámite pasaran a la Comisión Nacional para Protección a Refugiados (Conare), compuesta por 9 comisionados representantes de instituciones del Estado, sociedad civil y organismos internacionales (de los cuales 7 tienen voto). Es la Comisión la que analiza los casos admitidos y decide si son reconocidos o no como refugiados en Panamá.

Los derechos de las personas refugiadas y solicitantes de asilo en Panamá se encuentran en el mismo decreto que establece el proceso de solicitud de asilo. Los derechos son principalmente los derechos humanos básicos que tenemos todas las personas: derecho a la educación, la salud, a no ser discriminados, a una vivienda digna, entre otros.

El estatus de refugiado es un estatus legal en el país. Como solicitantes de asilo, las personas también se encuentran en una situación legal al estar en el trámite de un proceso y cuentan con documentación de la Onpar.

Campañas

En Panamá en el mes de junio se desarrolló la campaña “Somos Lo Mismo”, coliderada por la Acnur y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) que tiene como objetivo fomentar la solidaridad y la integración entre nacionales, refugiados y migrantes que conviven en Panamá. El de la iniciativa fue difundir un mensaje de solidaridad e integración y recordar que, “indistintamente de su nacionalidad, todos ahora debemos estar unidos para salir de la pandemia”.

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