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Cuando un sacerdote decide dejar de serlo, primero solicita a su superior jerárquico la dispensa del celibato, un proceso administrativo-canónico que resuelve el Papa.
“Si el sacerdote, al renunciar presenta una carta solicitando dispensa del celibato, entonces puede ser que se le otorgue rápidamente. No podemos mantener a nadie presionado, contra su voluntad”, señaló el sacerdote Juan Solís, doctor en Derecho Canónico y vicario del Tribunal Eclesiástico.
Si el Papa concede la dispensa, el solicitante puede comenzar una vida conyugal.
El vicario también explicó cómo procede la Iglesia si quien decide abandonar el sacerdocio no presenta su dispensa del celibato.
“Si el sacerdote no lo presenta, la Iglesia lo cuestiona luego de 5 años. Si no la presenta él, entonces el obispo la va a presentar”, declaró Solís.
En el seminario mayor San José a los más de 40 seminaristas se les prepara para la vida sacerdotal.
“Hay que mirar donde está nuestro compromiso. Como puede pasar en un matrimonio, que decida libremente dejar el ministerio, pero luego decidir no renunciar, porque es una vocación que imprima carácter”, apuntó Santiago Benítez, rector del seminario.
El Papa Francisco, a principios de este año, descartó que el celibato sea opcional como una forma de incrementar el número de clérigos.