Velia Vidal, el valor de la palabra

La colombiana Velia Vidal y la mexicana Elisa Guerra participaron de un coloquio que hoy dio inicio al festival Hay Fórum Ciudad de Panamá, actividad que se extiende hasta mañana 24 de enero.

La escritora Velia Vidal compartió en el centro cultural La Manzana sus opiniones sobre educación, lectura y libros.
La escritora Velia Vidal compartió en el centro cultural La Manzana sus opiniones sobre educación, lectura y libros. / Cortesía

Ciudad de Panamá, Panamá/Hasta los 12 años, Velia Vidal no tenía la menor idea de qué era el racismo. “No tenía idea lo que era que me miraran a través de la piel”. Hasta el día en que la maestra la dejó a cargo del salón de clases que sus compañeros le comenzaron a gritar en coro las peores ofensas.

Esto marcó la actitud, el carácter y el deseo de superación de esta escritora y promotora de la lectura en Colombia, quien hoy martes participó en un coloquio con la docente mexicana Elisa Guerra, en el marco de la primera versión del Hay Fórum Ciudad de Panamá, festival que se extiende hasta mañana miércoles en La Manzana (Santa Ana), el Teatro Anita Villalaz y el Museo del Canal Interoceánico (ambos en San Felipe).

Después de haber sido presentadora de un programa de televisión de alta sintonía en un canal regional, Velia dejó todo porque quería ser la encargada de un trampolín que ponía en el pueblo cobrando el equivalente a un cuarto de dólar. Algunos días se sentía cansada, pero aburrida cuando no había acción viendo los saltos infantiles, y la iban a buscar a su casa para que pusiera el trampolín y se le olvidaba la fatiga.

El autobús de Rosa Parks

Me creía dueña de la iglesia, de todo, y un día estaba cayendo un gran aguacero” y empezó a meter a todo el mundo en el inmueble religioso para guarecerse y una niña la miró de manera fija y en vez de llamarla por su nombre le dijo: “El autobús de Rosa”.

A Velia le gustó que la asociara con la lectura que había hecho la pequeña de un cuento que la adulta le compartió sobre la estadounidense Rosa Parks. Le encantó que gracias a esa historia la niña supiera de la historia de Rosa y su lucha por los derechos civiles de los afroamericanos durante la segunda mitad del siglo XX.

La docente Elisa Guerra fue la moderadora de este evento, ocurrido hoy en el centro cultural La Manzana.
La docente Elisa Guerra fue la moderadora de este evento, ocurrido hoy en el centro cultural La Manzana. / Cortesía

Motete y Flecho

Durante su conversatorio con Elisa Guerra, Velia Vidal se refirió a su emprendimiento cultural Motete, una palabra que para los panameños y colombianos se asocia con el nombre de una cesta de trabajo que se lleva en la espalda, pero que también explicó es el nombre de una música francesa de la Edad Media.

Le puso este nombre a ese emprendimiento que crea lectores entre niños, jóvenes y adultos porque quería representar una cesta, pero llena de comida para el corazón y el alma de los residentes en el Chocó (Colombia).

Velia también se refirió a la Fiesta de la Lectura y Escritura (Flecho), que una celebración de la cultura, un encuentro alrededor del libro, una fiesta de la palabra, que se realiza en lugares de Colombia como Bahía Solano, Turbo y Quibdó.

Bajo su emprendimiento forman a promotores de lectura. Dice que cometen la osadía de formar lectores con gente que no siempre les gusta leer (los maestros).

Sin embargo, explica que siempre trata de pensar en las oportunidades y no solo en las necesidades. “Trato de no pensar en los obstáculos”.

De igual a igual

Como creció en una familia grande, para Velia era muy importante la palabra. En ese clan enorme todos hablaban mucho, pero todos tenían derecho a hablar, no importa su edad, rememora.

Cuenta que hablaba con su abuela de igual a igual desde chica, también aprendió a escribir y a leer desde muy pequeña.

Recuerda que algunos de sus familiares llevaban libros a la casa y aprendió que estos libros eran objetos importantes. Cuando su mamá consiguió su primer empleo, con un salario mínimo, compraba libros y además se suscribió a un círculo de lectores, con eso también comprendió que leer era importante.

La Seño Bella Paz Figueroa fue su maestra de la materia de Español, quien le enseñó a amar su nombre, le explicó que era un nombre con V, le enseñó a escribir en cursiva.

Su relación con Panamá

Dice que tuvo tres mamás, 1 papá y es de 2 países porque se crío con su abuela. Luego con una tía hermana de su mamá y con su mamá y 2 países porque desde su lugar de nacimiento es muy cercano con la provincia de Darién.

Su relación con Panamá es muy estrecha. Su mamá, por ejemplo, estudió en la Ciudad de Panamá; sus abuelos venían a verse con el médico en las zonas fronterizas con Panamá y tiene primas y tías que hicieron su vida en Panamá. Su relación amorosa con nuestro istmo incluye también a la música, pues le encanta bailar al ritmo de los hermanos Samy y Sandra Sandoval.

Cartas convertidas en libros

Durante su participación en el Hay Fórum Ciudad de Panamá Velia Vidal compartió con el público sobre su libro Aguas de estuario, una obra que nació cuando en 2019, en el stand de su editorial, en la Feria Internacional del Libro de Bogotá, le mostró a su editor una correspondencia que intercambiaba con un amigo y el editor de inmediato le dijo que eso podría ser un libro.

Después de considerarlo un rato, 0 luego de pedir permiso a su amigo por la parte que le tocaba y de escribir el contexto de algunas situaciones narradas en las misivas, el libro quedó listo para ser publicado, pero debió retrasar su llegada a las librerías por culpa de la pandemia.

Sin censura

Velia Vidal no está de acuerdo con censurar libros. “Lo que debemos es leer críticamente y saber con quién trabajamos cada libro, según su edad”. Mencionó ejemplos de lecturas para trabajar con un niño pequeño y otras para trabajar con un estudiante universitario.

No creo que hoy haya menos lectores, sino que hoy leemos de diferentes maneras. No sólo se leen los libros, también se lee el paisaje, los cuerpos. Hoy se ven mucho las series de televisión, lo que hay es que trabajar en el pensamiento crítico, en la capacidad de cuestionarnos y de cuestionar al otro”, plantea.

Debemos dejar de crear élites en torno al libro, de hacer ver que la lectura es para una élite. Lo importante es leer a los niños porque eso sirve para despertarles la imaginación, porque nadie puede cambiar su vida si antes no imagina otra vida posible”. Palabra de Velia Vidal.

 

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