El Pintor Aristides Ureña nos sumerge en su historia dejando un sabor a esperanza para el arte en Panamá

Vivió 38 años fuera de su terruño, pero jamás perdió el contacto con su país

Chinoseria 1998 - Serie Eau de Color´s
Chinoiserie 1998 - Serie Eau de Color's impresiones del residuo del neocolonialismo francofono y belga
Cecy López - Periodista
11 de marzo 2016 - 18:21

@CecybelLopez/El maestro Aristides Ureña Ramos nos ofreció un espacio en su agenda para realizarle una entrevista, la misma busca conocer un poco más la historia de uno de los artistas plásticos con mayor influencia en el extranjero y con una carrera artística llena de retos y experiencias por contar.

Aristides que desde los 18 años se fue a Italia en busca de sus sueños, tuvo la gran oportunidad de realizar sus estudios en La Academia de Bellas Artes San Marco en Florencia. Vivió 38 años fuera de Panamá, de los cuales jamás perdió contacto con su tierra, expuso su arte en más de un continente, su trabajo ha estado ligado a las galerías de arte más importantes en el mundo y ahora regresa al Istmo; como siempre apegado a la esperanza y a la fe de que en su terruño se puede dar una verdadera revolución del arte.

“Panameño Echao Pa Lante” realizó 20 preguntas a este artista panameño y a través de ellas conocerás la historia de este gran personaje del arte mundial.

1. ¿Dónde creció Arístides?

Soy un veragüense, nacido en Santiago. Mi niñez fue allá por los litorales montijanos, entre los caseríos de Buenavista, El Pilón, El Bongo y por supuesto, en mi ciudad natal Santiago de Veraguas.

2. ¿Cómo fue su niñez?

Creo que fui un niño muy inquieto. Soy el cuarto de catorce hermanos. Pienso que mi familia es una típica familia interiorana, con la característica de que se cultivaba el amor por el folclor y las tradiciones; eso ha marcado para siempre mi vida.

3. ¿Cuándo se despertó en usted el amor por la pintura?

Siempre dibujé, siempre pinté. Fue mi madre la primera en seguir mis primeros pasos. Creo que unos de los dones que El Señor me dio fue la de comprender los misterios de la música y de las bellas artes, por ese lado me siento dichoso.

4. ¿En qué momento despegó su carrera?

Creo que es un mix de situaciones las que me han hecho madurar en mi arte.

Al llegar a Europa y con mi primera presentación en la Bienal de Venecia en 1988. Fui invitado tres veces a este evento, donde por primera vez presenté mi serie RADIOS del CICLO BARROCOCONUANCES; creo que fue ese un momento clave que le dio un giro a mi suerte.

Me fui incorporando poco a poco, a través de las invitaciones a manifestaciones de importancias internacionales, allí explotó mi capacidad de entender las artes como “un todo único”, pues soy un artista multidisciplinario que desarrolla sus trabajos a través de distintos lenguajes expresivos; en Bruselas y Berlín alrededor de los años 1980 mis instalaciones, performances y videoartes me abrieron nuevas puertas, sin nunca renunciar a la pintura.

Mi experiencia en el mediterráneo y medio oriente Dubái, Israel, Grecia; como mis trabajos experimentales en el Magreb africano, Marrueco y el Mali. Donde recogía las impresiones del residuo del neocolonialismo francófono y belga con series como “Eau de color’s”, “Parfum”, “Los cielos son iguales para todos”… y el ciclo pictórico “VU CUMRAP” trabajos que desembarcaron hasta Latinoamérica y Miami en E.U.

5. ¿Tuvo usted algún mentor?

¡Muchos! Los instructores y tutores que han pasado por mi vida: mi abuelo Samuel Ramos que fue mi primer maestro, mi Padre Aristides Ureña Atencio, Adriano Herrebarria, Chico Changmarin, José Franco, Gustavo Giulietti y otros a los que les debo mucho.

6. ¿En qué momento decide salir de Panamá e instruirse en el arte fuera de su país?

En 1974. Para ese entonces no existían las posibilidades de estundiar Artes en el interior de la República, no existían las Escuelas de Artes Plásticas. Estudié 4 años en la Academia de Bellas Artes de San Marco de Florencia, Italia, así como Cinematografía y cursos de grabados. Regresé en 1978, incorporándome a las creaciones de las escuelas de artes en el interior de Panamá, en David, Chiriquí, y dictando cátedra de historia del arte en el Centro Regional Universitario de David. Esas fueron mis primeras experiencias educativas.

En 1980 regrese a Europa para cumplir con mi carrera profesional.

7. ¿Cómo fue esa experiencia fuera de su terruño?

Interesante, estimulante y muy difícil, pero totalmente educativo.

He trabajado con muchas galerías importantes que me han permitido experimentar y madurar mis convicciones artísticas, como también he participado en la planificación de proyectos culturales para ciudades como Florencia con su Verano Fiorentino en muchas ocasiones, del mismo modo para la ciudad de Berlín en su aniversario con el “United Buddy Bears”, Instalación Berlín, Alemania, 2002. Como también con la construcción de nuevas didácticas artísticas para personas con discapacidades mentales en el manicomio de Florencia Italia y para la construcción de talleres y laboratorios en busca de verificar las nuevas didácticas para la educación artista para la infancia y la creación de nuevos modelos educativos.

8. ¿Fue difícil vivir y estudiar fuera de Panamá?

Para un cholito santiagueño que no pasaba las fronteras, salvo en breves ocasiones de su provincia, fue algo muy difícil. Buscar mi propio sustento, seguir mis sueños y ambiciones educativas y de superación personal en un país ajeno, no era cosa fácil. Pero en mí siempre ha vivido una sola convicción que aún me sigo repitiendo, he puesto en juego los únicos valores que poseo: mi pobreza y mi humildad, junto a mi recóndita fe. Ellas siempre me han guiado en mi vida.

9. ¿Qué dificultades se encontró?

Muchos son los obstáculos encontrados. Italia es un país de belleza y de grandes obras geniales. La ciudad que me acogió, Florencia, tierra del Renacimiento del pensamiento humano, para un joven interiorano, inerve en pleno crecimiento intelectual era un reto y al mismo tiempo una oportunidad.

La educación profesional fue muy importante para mí, porque el mundo artístico con el cual me iba a enfrentar era muy competitivo. Un ambiente donde la alta intelectualidad exigía la búsqueda de nuevos horizontes artísticos, siendo esta la verdadera dificultad que encuentra cualquier artista al llegar a Europa. Un mundo selectivo, con reglas profesionales aptas solo para pocos elegidos, ella templó en mí la responsabilidad y actitudes justas para las bellas artes.

10. ¿Fue fácil o difícil aprender italiano?

El italiano es un hermoso idioma y se aprende con facilidad. Al salir de mi país, descubrí que tengo la habilidad para aprender otros idiomas. Cada idioma presenta sus murallas al inicio, pero son obstáculos superables.

11. ¿Cuántos años vivió fuera de Panamá?

38 años. Aunque nunca perdí el contacto con el mundo artístico panameño y latinoamericano. Los regresos fueron frecuentes en esa lejanía, sobre todo en este último periodo, que me ha visto empeñado en la realización del Complejo Muralístico de Udelas en Santiago de Veraguas, que duro desde el 2009 hasta el 2013 y que me ha visto regresar a menudo en mi terruño.

12. ¿En qué se inspira Arístides en cada pincelazo?

Mi carrera artística ha sido una contínua búsqueda por incorporar elementos, signos, íconos de la cultura panameña al interno de la pintura universal, con la presunción de que lo nuestro pueda bien “aparecer” en nuevos contextos interpretativos globalizados. Por eso mis primeras pinceladas se cargan de esta UTOPIA ARTÍSTICA de soñar que Panamá y lo nuestro puede colaborar al interno de una nueva visión artística cosmopolita, y es esta la base de mis inspiraciones.

13. ¿Qué siente usted cuando inicia y termina una obra de arte?

Fuerza y satisfacción, sobre todo porque considero las artes, un rio donde siempre nos sumergimos en el mismo lugar, pero las aguas nunca son las mismas. La experiencia artística nos pone delante de retos que debemos superar, es un continuo desafío por superar barreras emotivas, innovadoras, conceptuales en busca del lograr una integración de alto valor cultural, tal vez una perfección interna que tiene como pilastra lo bello y lo conmovedor; obras que asombren e inquieten a los demás.

14. ¿Siente usted que hace falta más motivación en nuestro país?

Si mucho, son casi dos décadas que estamos en un grave momento de transición, necesitamos de un rápido cambio de ruta y Panamá cuenta con intelectuales en grado de realizar este progreso.

Hay generaciones de jóvenes artistas que han faltado a la cita con la preparación educativa de alta calidad y conforme a los cambiamientos existentes en las plataformas del arte universal y contemporáneo.

No contamos con tarimas propositivas que forjen a los nuevos artífices en la discusión de las problemáticas de las artes contemporáneas, hemos abandonado a nuestros jóvenes en una visión decorativa de las artes, obsoleta y no funcional a los estándares internacionales.

Y un país se empobrece intelectualmente cuando la indiferencia gubernamental ignora el potencial intelectual de sus creadores, sin un credo justo hacia la cultura, ausente y lejano en sus políticas formativas de nuestra identidad.

15. ¿Ha pensado llevar a cabo algún proyecto en Panamá?

Esa es mi verdadera preocupación, contamos con espacios hostiles para la experimentación y creación de laboratorios. He hechos mis primeros pasos con mi exposición CREOLE ALBROOK 2014 presentada en el Mac de Panamá, ella recorrió todo el país, con talleres y conferencia sobre: la identidad, el folklor y la cultura ecológica, además de contar con laboratorios para niños y jóvenes estudiantes y debates para jóvenes universitarios; tal proyecto viajó en Santiago, David, Las Tablas, La Villa, Los Santos y Panamá. Allí pude palpar el pulso emotivo del profundo Panamá.

Tengo en cantera algunos proyectos que dentro de pocos estarán activos, pero son mis intenciones el marchar firmemente con este trabajo educativo.

16. ¿Qué debemos cambiar para incentivar a nuestros niños en la pintura?

¿Cambiar?...creo que necesitamos informarnos y renovarnos en tal tarea, el niño se plasma desde su temprana edad, por eso es importante una buena guía desde su infancia y la metodología didáctica infantil esta haciendo grandes pasos gigantescos en esta dirección.

La mejor satisfacción para nosotros es el justo estímulo a nuestros hijos, porque hace que crezcan en una bella armonía estética, y los beneficios que el arte conlleva son inigualable en otras disciplinas.

17. ¿Alguna vez se sintió usted derrotado en su carrera?

Siiiii…. Muchas veces, como todo el mundo. Las derrotas son enseñanzas que nos desciende al mundo normal, por eso no hay que temerle, pues son elixir que nos hunden en nuestra dimensión humana. Sin derrota no hay sincero renacer, pues ellas desnudan nuestra soberbia y nos hace más humilde y sabios.

18. ¿Cuéntenos alguna anécdota donde usted sintió que probaron su talento como pintor?

Al entrar al examen de admisión para la Academia de bellas artes San Marco de Florencia en 1974, sin un curso de dibujo, ni de pintura; aun empírico, autodidacta, me faje con los pocos conocimientos que tenía, contaba con solo 18 años.

Pues el exámen consistía en copiar una estatua en la Tribuna de la Academia y yo nunca había realizado un bosquejo de una estatua clásica, en ese lugar se encuentran las obras maestras de esculturas del renacimiento italiano, pero yo ignoraba todo eso.

Tenía que encastrar con un dibujo a lápiz una de esas estatuas, y escogí la más fácil para mí, porque las otras eran tres figuras entrelazadas EL RAPTO DE LAS SABINAS de Gianbologna y era imposible para mí; el otro modelo era muy extraño, porque era un esclavo amarrado con los brazos levantados y le faltaban las piernas, porque no estaba terminada, se trataba de El Esclavo Atlante para la tumba de Julio II, de mano de Miguel Ángel Bonarroti que descarte sin conocer su autor.

Pues escogí el único al centro de la tribuna que muchos descartaban, desconociendo el motivo de su descarto, pero a mi lado estaba un joven pintor japonés que me sorprendió por su rápidez y facilidad al dibujo, ya que cada cinco minutos terminaba su cartulina con magistrales representaciones de la estatua escogida por mí, y mi preocupación era enorme porque yo a malas penas iniciaba mi composición. Allí comprendí que no seleccionaría para un puesto en la Academia, el japonés era una máquina de precisión, una fotocopia viviente, en media hora había terminado y se retiró a copiar otras estatuas. Pues fue solo en la mañana del tercer día al terminar mi trabajo y allí desilusionado pensaba en tomar otra profesión, tal vez ser agricultor o algo parecido.

Antes de entregar mi trabajo, en mi profunda decepción me puse a dibujar un angelito precolombino de esos angelitos burlones que siempre me han acompañado en mis dibujos infantiles, con la lengua afuera burlándose de la estatua clásica, sin darme cuenta se me acerco un profesor que el examen, sentándose junto a mí y riéndose me pregunto qué pasaba y yo le dije de mis preocupaciones, que yo no iba a seleccionar.

Él me dijo algo que nunca olvidare, el arte no es un dulce copiar, más una complicada situaciones de destrezas e invenciones, y que tenía que estar tranquilo.

Al día siguiente el cuarto día y último de exámen, nos llevaron a un salón oscuro donde habían tapado las ventanas y la iluminación era artificial, allí nos dieron una cartulina para realizar el último trabajo y nos ordenaron en dibujar lo que anteriormente habíamos copiado, en ese momento nos tocaba trabajar con la imaginación, pues eso hice, terminando junto al japonés sin olvidarme de poner mi angelito cholito burlón con la lengua afuera. Pues, conclusión fui el primero en la lista de los aceptados a la Academia, fue tanta mi sorpresa que me apresure a preguntar los motivos y mi asombro fue mayor con la respuesta que tuve.

Sin saber, sin darme cuenta había escogido la estatua icono universal de la cultura italiana el David de Miguel Ángel, y me había fajado con una obra que los demás habían evitado por su dificultad emotiva y alto valor intelectual, y no solo había resuelto con una inventiva (el angelito cholito veragüense con la lengua afuera) más mis trazos, para los profesores seleccionadores, estaban libres de cada encajonadas retorica estilista, diciéndome cosas complicadas que hasta ahora no sé si eran elogios o desquite de mi burlona manera de tratar al máximo exponente de la cultura universal Miguel Ángel y su famosa estatua del David…pues como hayan sido las cosas, yo pase la selección entrando a la Academia de Bellas Artes y para los malignos que comparten mi anécdota les diré que el japonés que parecía una fotocopiadora no selecciono para nada… tenia mala leche dirían en Panamá.

Pero la verdad que en mis cuatros años de estudios comprendí las esencias profundas que componen esta bella profesión, el acto creativo es la sublimación máxima que nos acerca a todo lo creado.

19. ¿Qué le apasiona a Arístides?

La música, mi guitarra, cuidar mi jardín, un buen libro y viajar a cualquier parte del mundo.

20. ¿Qué mensaje nos deja para todos aquellos que desean especializarse en la pintura y sienten que aquí en Panamá no encuentran las herramientas para hacerlo?

Conozco las dificultades que existen en un ambiente tóxico y refractario hacia las artes como lo es Panamá, sobre todo para los nuevos talentos, por la ausencia de tarimas y promoción internacional, pero tengo que afirmar que yo no creo en fórmulas mágicas o en recetas prodigiosas para surgir en las artes.

En mí convive un refrán popular muy montijano que pienso resume mi consejo: “Hay que trabajar duro bajo el sol, para poder comer en la sombra“. Porque el suceso necesita de una fuerte disciplina de estudios y una dedicación que no desmaya a la primera distracción, pues el artista es parte y reflejo de su obra.

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