La buena costumbre que nos deja la pandemia y que no debemos perder

COVID-19

Lavarse las manos con frecuencia es una de la principales medidas para evitar enfermedades.
Lavarse las manos con frecuencia es una de la principales medidas para evitar enfermedades. / Pixabay
Angela De Lo Santos
26 de julio 2021 - 06:50

Un buen cambio que nos trajo la pandemia ha sido que se ha puesto en práctica el lavado de manos aún más de lo usual, y a pesar de que probablemente la crisis del COVID-19 esté llegando a su fin, no es un hábito que se debería abandonar.

Es probable que hayas notado que, aunque te hayas contagiado de COVID-19 o no, los resfriados han sido casi inexistentes desde que empezó la pandemia. Esto ha sido precisamente por el lavado constante de manos, junto con el uso de mascarillas y distanciamiento social.

Al bajar la guardia porque sentimos que todo está llegando a su fin, aparte de haberse incrementado los casos de la enfermedad, también están surgiendo muchos resfríos y es precisamente un perfecto recordatorio para no abandonar las medidas que aprendimos durante todo este tiempo.

Cada día, nuestras manos están expuestas a miles de microorganismos que, aunque la mayoría sean inofensivos, no cabe duda de que, al no tener una higiene adecuada, un organismo infeccioso pueda entrar en nuestro organismo. Sobre todo, porque tenemos la costumbre de tocarnos mucho la cara.

Cualquier persona podría pensar que el mejor remedio para detener la propagación del coronavirus sería el distanciamiento social, o el uso de mascarillas. Pero, según los centros para el control y prevención de enfermedades de Estados Unidos, lo mejor que uno puede hacer es lavarse las manos mínimo 20 segundos, o usar desinfectantes anti bacteriales cuando no se dispone de agua y jabón.

El lavado de manos ideal consiste en usar agua limpia, ya sea tibia o fría, y jabón común. Después, frotarse las manos y hacer espuma, lavarse bien toda la mano y entre los dedos. Cuando pasen 20 segundos o más, enjuagarse bien para eliminar por completo todos los gérmenes y suciedad. Para terminar, dejar secarse al aire o utilizar una toalla limpia. Es importante secarse bien las manos ya que, si se dejan mojadas, la propagación de gérmenes es más fácil.

Según un estudio realizado en 2012 a mil adultos estadounidenses, un 71% dijo que se lavaba las manos con regularidad (tal vez hasta solo una vez por día), un 58% afirmó que había visto a personas salir del baño sin lavarse y más de la mitad confirmó que no se las lavaban después de usar transporte público, tocar dinero o usar objetos compartidos.

Lavarse las manos después de ir al baño es una de las recomendaciones que más se le dan a cualquier persona, e incluso está demostrado que reduce la diarrea hasta un 40%. Muchas enfermedades se pueden transmitir a través de las heces, hasta el coronavirus. También, un solo gramo de heces puede llevar hasta un billón de gérmenes.

Practicar el hábito que es lavarse las manos, es tan importante que en ciertas religiones es indispensable para poder comer. El judaísmo exige lavarse las manos antes de la bendición de la comida, y los musulmanes también realizan el ritual de lavarse, ya que deben estar limpios antes de presentarse a Dios. Las manos y otras partes del cuerpo deben lavarse tres veces antes de orar.

En el campo quirúrgico, es indispensable lavarse las manos cada cierto tiempo para prevenir cualquier tipo de bacteria u organismo en general. Igualmente, cambiarse los guantes con frecuencia es recomendado.

Expertos sugieren que cantar la canción de cumpleaños dos veces al lavarse las manos es el tiempo perfecto para esta acción, y asegura una limpieza completa.

*Con información de The New York Times.

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