09 ene 2018
Un beso inesperado, en el Camino de Santiago
Cerré los ojos y sentí la historia. Eran los disparos de una guerra civil que dejó profundas cicatrices. puertas y ventanas perforadas. Marcas de pólvora en las paredes... ecos silenciosos de grito añejos. De pronto, un aire helado hizo que levantara la mirada. Al fondo, una cruz de madera y el celaje de un niño corriendo. Antes de aquella visión era un pueblo fantasma, las únicas almas que se paseaban entre sus callejuelas eran las dos Marías, Fernando y el extranjero en esta excursión.