Berahino: De Burundi a la selección inglesa

Saido Berahino ha recorrido un largo camino.

Berahino: De Burundi a la selección inglesa
Berahino: De Burundi a la selección inglesa
Ap
17 de noviembre 2014 - 11:54

El camino de Saido Berahino a erigirse en uno de los nuevos astros del fútbol inglés comenzó con partidos callejeros en Burundi con una pelota improvisada de medias enrolladas o bolsas de plástico. Después siguió con la huida de su patria africana convulsionada por la guerra tras la muerte de su padre para empezar una nueva vida en Inglaterra a los 10 años, y una breve pero penosa separación de su madre, para ser descubierto por el West Bromwich Albion gracias a sus proezas futbolísticas en un equipo para escolares en situación desventajosa. Nutrido por su club y su país adoptivo en la última década, Berahino se ha convertido en un delantero letal, de gran técnica, cuyo concurso aspiran algunos de los mejores equipos de la Liga Premier. Y el martes debutará en la selección inglesa contra Escocia en un partido amistoso en Glasgow. La suya es una historia notable del triunfo sobre la adversidad. "Mentalmente no podría estar más preparado", afirmó Berahino antes del principal partido de su carrera. "La experiencia que he tenido en la vida ha fortalecido mi personalidad y carácter. Y no creo que nada me aplastará". Cuando salga a la cancha con la camiseta inglesa, presumiblemente como suplente, será un momento de satisfacción y orgullo para los técnicos de las divisiones inferiores del West Brom. En 2004, Stephen Hopcroft, director de la academia de reclutamiento del club, fue alertado sobre un niño de 11 años que anotaba "millones de goles" en una liga juvenil y lo invitó a una sesión de entrenamiento. Hopcroft quedó asombrado. "Alguien le pasó la pelota y su toque fue impecable", recordó. "Saido era un futbolista natural y acariciaba la pelota al patearla". Berahino fue contratado inmediatamente y los técnicos encontraron en él a un hiño humilde y feliz que no podía creer dónde lo había llevado el destino. Un año antes había llegado a Inglaterra como refugiado, separado de su madre, Liliane. No hablaba inglés y las autoridades inglesas le obligaron a someterse a exámenes de ADN antes de que se le permitiera reunirse con su madre una vez que rastrearon el paradero de la mujer. Ya junto a su madre, West Brom se convirtió en una extensión de su familia. El club ayudó a los dos a encontrar una

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