Lesiones podrían afectar al Chelsea
Chelsea podría no contar con su capitán John Terry ni con el volante Eden Hazard en la final de la Liga Europa del miércoles ante el Benfica. Después de ganar el título de la Liga de Campeones el año pasado, el Chelsea no pudo llegar a los octavos de final esta temporada y desde hace tiempo no es un contendiente en la lucha por el título de la Liga Premier, que quedó en manos del Manchester United. Eso significa que sólo la victoria en el menos importante de los dos torneos continentales puede salvar una temporada decepcionante para el club londinense. Tanto Terry como Hazard salieron lesionados en la victoria dominical del Chelsea en la Liga Premier sobre el Aston Villa, lo que significa que Terry se podría perder su segunda final europea consecutiva después de haber estado suspendido para el partido definitivo de la Liga de Campeones el año pasado. Benfica, por su parte, intenta recuperarse después de perder el liderato de la liga portuguesa ante su archirrival Porto en el choque directo del sábado. Porto cuenta ahora con una ventaja de un punto sobre el Benfica cuando sólo queda un partido por jugar. Chelsea llega a la final con una racha invicta de ocho encuentros y tiene varias opciones defensivas para reemplazar a Terry, incluido el brasileño David Luiz, que llegó desde el Benfica hace dos años. Es más preocupante la lesión muscular de Hazard, quien salió cojeando en los descuentos del partido contra Aston Villa. Hazard se ha ido convirtiendo en el jugador más creativo del Chelsea y su velocidad y habilidades de pase harían mucha falta ante el Benfica. Ambos se someterán a un examen físico durante la sesión de entrenamiento vespertino del Chelsea en el Amsterdam Arena, hogar de Ajax. Para el entrenador del Benfica, Jorge Jesús, sus preocupaciones tienen más que ver con el daño mental que con el físico. En un gesto casi simbólico, Jesús cayó de rodillas cuando Porto anotó sobre la hora el fin de semana para remontar y ganar 2-1. Aparte de la derrota, es cada vez más evidente que los jugadores de Lisboa arrastran el desgaste de una temporada que, como la del Chelsea, incluyó su salida en la fase de grupos de la Liga de Campeones. El auge del Benfica fue en la década de 1960, cuando llegó a cinco finales de la Copa de Campeones de Europa. La última que ganó, en 1962 contra el Real Madrid, fue en Amsterdam. Para el Chelsea, por el contrario, el sabor de la victoria aún está fresco, después de haber vencido a Bayern Munich en penales el año pasado para quedarse con la Liga de Campeones.