rbitro en Argentina es amenazado de muerte

Un árbitro, cuyos fallos bochornosos beneficiaron a Boca Juniors en el fútbol argentino, dijo el viernes que recibió amenazas de muerte que también involucraron a su familia. Más que un árbitro, Carlos Maglio pareció un jugador más de Boca en la victoria de ese popular equipo 2-1 en su visita el miércoles a Belgrano de Córdoba por la segunda fecha del torneo Inicial. Además de denunciar las amenazas de muerte, el árbitro se mostró consternado porque con ironía "dijeron en una radio que se estaba analizando el pase de Maglio a Boca" y porque "los programas nombran como que fue `la gran estafa"". "Mi familia y yo tuvimos mensajes y llamados telefónicos, amenazas de muerte y demás; jamás se me hubiera ocurrido amenazar de muerte a un tipo", dijo Maglio a TyC Sports. "Alguna página de internet publicó los teléfonos y con la psicosis que vivimos, parece que uno no se puede equivocar". Las equivocaciones de Maglio, reiteradas hasta el hartazgo por la televisión, fueron en todos los casos vitales y beneficiaron a Boca: le anuló dos claros goles a Belgrano, ambos de Jorge Velázquez, además de no cobrarle otros dos nítidos penales y un tercero que podría considerarse dudoso. "Me equivoqué, pero fue sin mala fe, un juez convive con el error", dijo Maglio, de 48 años, uno de los más veteranos y experimentados árbitros del balompié nacional. "Ahora me tengo que bancar (aguantar) la que venga. Si me equivoqué ya está, no me voy a inmolar por eso". Boca perdía 1-0 y terminó ganando con un penal de Juan Román Riquelme - ahí sí acertó Maglio- y con un cabezazo sobre la hora de Daniel Díaz. Los dos goles que anuló Maglio fueron a instancias de uno de los jueces de línea Ariel Scime, quien también aceptó sus errores. "No tengo excusas, resolví mal en las dos jugadas que terminaron en gol; me equivoqué", dijo Scime, quien es hijo de Miguel Scime, Director de Formación Arbitral, de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA). Debido a su cargo, Scime padre es el que sugiere las sanciones que le cabrían a su hijo y a Maglio por el mal arbitraje. "Lo más lógico sería una fecha de suspensión", dijo Scime, padre. "Ariel mi hijo, le seguiré dando todo mi cariño y afecto, pero él es el primero que debe saber que cuando los árbitros cometemos errores tenemos que asumir las consecuencias". Un árbitro se apoya en sus asistentes, pero tranquilamente puede ignorar sus sugerencias y pitar lo que le parece.