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Ciudad de Panamá, Panamá/Atheyna Bylon, la boxeadora panameña que hizo historia en los Juegos Olímpicos de París 2024, consiguió la medalla de plata en la categoría de 75 kg, un logro que no solo la coloca en los libros de historia del deporte de su país, sino que también se convierte en un símbolo de perseverancia, esfuerzo y sacrificio. Desde sus primeros pasos en el boxeo en 2012 hasta su consagración en la capital francesa, Bylon ha recorrido un largo y arduo camino lleno de desafíos y superación personal.
Aunque Bylon comenzó a practicar boxeo a los 24 años, su ascenso fue meteórico. En los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, la panameña llegó con la misión de representar a su país en un deporte históricamente dominado por hombres. En Tokio, Atheyna hizo su debut olímpico, marcando el inicio de una travesía que la llevaría a lo más alto del boxeo mundial.
El camino a Tokio 2020 no fue fácil. A pesar de la dura competencia y las expectativas que se habían generado en torno a su nombre, Bylon tuvo que enfrentarse a rivales de alto nivel. Sin embargo, no logró avanzar más allá de los cuartos de final, donde fue eliminada por la estadounidense Naomi Graham. Aunque el resultado no fue el esperado, la experiencia adquirida en Tokio fue invaluable para su futuro. De ahí, Bylon decidió redoblar esfuerzos, sabiendo que su sueño olímpico estaba lejos de ser alcanzado.
Después de Tokio, Atheyna Bylon decidió que no se quedaría con la espina clavada. En lugar de rendirse, se embarcó en un proceso de reestructuración física y mental. Se centró en su entrenamiento, perfeccionando sus habilidades técnicas y su resistencia física, lo cual fue clave para su éxito en los próximos años.
El 2022 y 2023 fueron años cruciales, con competiciones internacionales que le permitieron pulir su técnica y ganar confianza en su rendimiento. Bylon participó en diversos campeonatos clasificatorios y en torneos internacionales, obteniendo victorias que la acercaban a su gran objetivo: conseguir una plaza en los Juegos Olímpicos de París 2024.
En su camino hacia la clasificación, Atheyna también enfrentó desafíos personales. La presión, tanto dentro como fuera del ring, aumentaba cada vez más. Sin embargo, su determinación y compromiso con el boxeo la ayudaron a superar las dificultades. Para ella, no había otra opción que seguir adelante, siempre con la mira en los Juegos Olímpicos de París.
El momento culminante de su carrera llegó finalmente en los Juegos Olímpicos de París 2024. La boxeadora panameña llegaba como una de las favoritas para ganar una medalla, después de haber demostrado su capacidad en las rondas clasificatorias. La categoría de 75 kg fue especialmente competida, pero Bylon logró imponerse en las fases previas con actuaciones impresionantes.
En los cuartos de final, Atheyna se enfrentó a la polaca Elzbieta Wojcik. Fue una pelea complicada, pero la panameña demostró su temple al ganar por una ajustada decisión de 3-2. En las semifinales, Bylon se encontró con la refugiada olímpica Cindy Ngamba, quien también representaba un desafío considerable. Sin embargo, Atheyna no solo se mostró fuerte, sino que dominó la pelea, consiguiendo una victoria de 4-1 que la catapultó a la final, donde ya estaba asegurada la medalla.
La final contra Li Qian, de China, fue el último gran reto. Li Qian ya había sido medallista en ediciones anteriores, y el enfrentamiento no fue nada sencillo. A pesar de que Atheyna comenzó el combate con un sólido primer asalto, la experiencia y técnica de su oponente hicieron la diferencia en los siguientes rounds. La decisión final fue una derrota por 4-1 para Bylon, que, sin embargo, dejó el ring con la medalla de plata colgando de su cuello.
Aunque la derrota en la final de París 2024 fue dolorosa, la medalla de plata que Atheyna Bylon consiguió se convierte en un hito histórico para Panamá. Es la primera vez que una mujer panameña logra una medalla olímpica en boxeo, lo que la convierte en un referente para las futuras generaciones de atletas en su país. Además, se une a una lista selecta de panameños que han alcanzado la gloria olímpica, como Irving Saladino y Lloyd LaBeach.
Más allá del metal que cuelga de su cuello, el legado de Atheyna Bylon es uno de perseverancia y valentía. Su historia demuestra que los obstáculos son solo peldaños para llegar más alto, y que, con esfuerzo y determinación, es posible alcanzar los sueños más grandes. Hoy, Atheyna Bylon no solo es la reina del ring, sino una fuente de inspiración para todos aquellos que luchan por sus sueños.