McIlroy marca récord para dos rondas en 111 años del U.S. Open

McIlroy marca récord para dos rondas en 111 años del U.S. Open
McIlroy marca récord para dos rondas en 111 años del U.S. Open
Ap
17 de junio 2011 - 13:17

En uno de esos momentos deportivos que uno no se puede perder, miles de aficionados cubrían cada centímetro de espacio en la colina detrás del green del 10mo hoyo en el Congressional. La gente se apretujaba en el mirador del club, con la cara pegada a las ventanas o apoyada en la baranda del balcón, para ver a Rory McIlroy terminar una actuación nunca antes vista en el U.S. Open. "Era el Tiger Woods de hace 11 años", dijo Ian Poulter. En algunos aspectos, fue incluso mejor. McIlroy, que despertó compasión con su derrumbe en el Masters, jugó con tanta perfección el viernes como lo permite el golf, en un salto espectacular al libro de récords. A los 22 años, el norirlandés se convirtió en el primer jugador en los 111 años del torneo que llega a estar 13 bajo par y, a pesar de un doble bogey al agua en el hoyo final, sus 66 golpes, cinco bajo par, fueron suficientes para registrar un récord tras 36 hoyos con 131 golpes, 11 bajo par. Jugó 17 hoyos sin errarle al green. Completó 35 sin un bogey. "Está muy cerca de ser lo mejor que puedo jugar", dijo McIlroy. Al menos en estas dos rondas, nadie había hecho que el golf se viera tan fácil desde que Woods arrasó el torneo en Pebble Beach en 2000 para una victoria récord por 15 golpes. McIlroy le llevaba seis golpes al ex campeón de la PGA Y.E. Yang, que tuvo una ronda de 69, e igualó el récord de la ventaja más grande a mitad del certamen, fijado por Woods en 2000. Como si jugar con control total de sus golpes no fuera suficiente, McIlroy pegó un wedge de 114 metros hasta unos cinco metros (15 pies) de la bandera del octavo hoyo y la pelota rodó por la pendiente hasta el hoyo para darle un eagle. La única vez que estuvo cerca de hacer un bogey fue en el hoyo 11 de par 4, cuando salió desde una trampa de arena hasta a 2,40 metros (ocho pies) e hizo el putt. McIlroy empató el récord del U.S. Open de 12 bajo par —que habían conseguido Woods en el 2000 y Gil Morgan en 1992, ambos en Pebble Beach— en el hoyo 16 de par 5, con un hierro 4 a 223 metros de distancia, un tiro que se quedó a 2,40 metros (ocho pies) del hoyo. "Le dije: "No creo que veas un mejor tiro de golf""", dijo su caddie J.P. Fitzgerald. Luego vino el hoyo 17, cuando McIlroy pegó con un hierro 7 desde 175 metros, superó apenas la trampa de arena y quedó a cinco metros (15 pies) para otro birdie que lo dejó a 13 bajo par. Ese número simplemente no se ve en los tableros del U.S. Open. "Es increíble, ¿no?", dijo Steve Stricker. "Increíble lo que ha hecho hasta el momento". El norirlandés sabe que no debe festejar hasta la tarde del domingo. Dos meses atrás, lideraba por cuatro golpes antes de la jornada final del Masters en Augusta y terminó con una desastrosa ronda de 80. La segunda ronda se demoró 42 minutos por tormentas eléctricas y Yang mantuvo su nivel en los últimos nueve hoyos para seguir —relativamente— a tiro del líder. El surcoreano ya remontó una desventaja igual antes del fin de semana en el Campeonato de la PGA de 2009, en que terminó venciendo a Woods por tres impactos. "No voy a perseguir a nadie", dijo Yang. "Simplemente voy a jugar mi juego". Entre los que lograron terminar la segunda ronda, el español Sergio García registró 71 golpes y alcanzó a Brandt Snedeker en dos bajo par (140). También en ese nivel estaban Matt Kuchar, Robert Garrigus y el ex campeón del Masters Zach Johnson. La ronda se suspendió por la oscuridad y 21 jugadores la debían completar la mañana del sábado. El colombiano Camilo Villegas (72) sumaba 149 golpes y el argentino Angel Cabrera (79), 150, por lo que no pasarían el corte proyectado para el fin de semana.

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