Un martes negro para Arthur Zanetti, el rey de las anillas brasileño
No pudo retener el oro obtenido en Toronto
Tras una vuelta, los músculos se tensan y acomoda el cuerpo en una vertical sobre las anillas. Instantes después, el brasileño Arthur Zanetti pierde el equilibrio con una debilidad en los brazos que provoca el balanceo de sus piernas.
El detalle técnico arrebató este martes la corona continental obtenida en Toronto-2015 al rey de las anillas, también ganador de la medalla de oro en Londres-2012, que lleva tatuada sobre las costillas, y de la plata en Río de Janeiro-2016.
En el segundo escalón del podio, recibió la plata sin esbozar una sonrisa y asistió con la cabeza gacha a la celebración del mexicano Fabián De Luna en su especialidad.
"Un deber fue cumplido, que era el deber de equipo, pero el deber personal no fue cumplido. Como no cumplí el objetivo, no estoy satisfecho, no tengo mucho para estar satisfecho", dijo, serio, tras la premiación.
Al revisar su actuación, Zanetti explicó que el dolor por "una inflamación en el hombro derecho" le quitó fuerza durante su presentación.
Marca insuficiente
Con sus bíceps de superhéroe y su bandera estampada en el pecho, el gimnasta de 29 años obtuvo antes un segundo lugar con mejor sabor en Río-2016. "La plata en casa fue tan importante como el oro en Londres", dijo entonces.
Zanetti impuso su talla de 1,56 en más de 200 títulos, entre los que inscribió un triple de glorias al sumar al oro olímpico el campeonato mundial de Bélgica en 2013 y el Panamericano hace cuatro años.
"El oro que faltaba", celebró en Toronto-2015.
Pero su desempeño imperfecto en las anillas le otorgó este martes 14.400 puntos, una marca lejana a sus mejores presentaciones, como el "maravilhoso" puntaje de 15.900 en Londres-2012.
"Aunque es una competencia con un nivel un poco mas bajo que un Juego Olímpico, donde están los top del mundo, no se puede decir que es una competencia fácil. La mayoría de estos atletas va a estar en el Mundial, el nivel técnico es muy alto", había dicho Zanetti a la AFP el sábado en Lima.
La vida colgando
Vestido de verdeamarelo sobre el podio, Zanetti saludó a su bandera en pose de soldado. Desde 2016, usa además de su uniforme ajustado el de la Fuerza Aérea, donde ingresó por medio del Programa de Atletas de Alto Rendimiento de las fuerzas armadas, del que hoy participan otros 588 brasileños.
Ser tercer sargento de aeronáutica le permite entrenar "doble turno seis días a la semana" y perfeccionar detalles casi invisibles para obtener resultados, explicó.
Zanetti, orgullo familiar que Víctor su hermano mayor se grabó con tinta sobre el corazón, pasó buena parte de su vida colgando de argollas.
"Quería jugar al fútbol, pero era muy malo". Un profesor de su natal Sao Caetano do Sul, en el estado de Sao Paulo, sugirió, en cambio, explotar su estatura y su agilidad en la gimnasia.
Marcos Goto, entrenador clave de la gimnasia brasileña, no estuvo solo en la formación de Arthur. La abuela Neide puso lo suyo: cuando la rutina pesaba, la promesa de pasar por la panadería a comprar bombas de chocolate ayudaba a Zanetti a mantener el entusiasmo.
Claro que ese lujo fue excluido de su dieta, que hoy se ajusta a las exigencias de un menú magro que un nutricionista reinventa cada un par de meses.
"Lo que me llamo la atención de argollas es que era una prueba de fuerza, algo que siempre me gustó mucho", explicó Zanetti.
Arquímedes, padre del gimnasta, fabricó en su taller aparatos que estaban desgastados y creó a pedido de Goto todo lo que su hijo necesitaba: barras paralelas y anillas para niños, una plataforma para alcanzarlas y otros artefactos que facilitaron el entrenamiento.
Golpe y ¿repunte?
Tras años de cosechas abundantes, la sequía en su medallero llegó en 2017, año de un solo título: el de educación física de la Universidad de Sao Caetano do Sul.
"Fueron los peores momentos de mi carrera. Hubiese querido que ese año no fuera así, pero un atleta siempre se recupera".
De su quinta participación en un Mundial, en Montreal, Canadá, se llevó como un golpe un séptimo lugar, que revirtió al poco tiempo con subcampeonato mundial en Doha-2018.
Ahora, deberá reponerse otra vez para ir en busca de su objetivo de terminar entre los tres primeros en Tokio-2020, algo que parece una quiera a juzgar por el resultado de este martes en Lima.
Goto no quiere hablar de frustración. "Lo más importante es subir a un podio. Ese es el objetivo de todo atleta, gane o no", dijo a AFP.
El Mundial de Stuttgart en octubre dirá si Zanetti todavía es admitido en la realeza de la gimnasia artística mundial.