Hallazgo Arqueológico más rico de las últimas décadas en América se ubica en El Caño.

Un cementerio de más de 1000 años de antigüedad fue excavado en El Caño descubriendo la tumba de poderosos guerreros adornados en oro.

Desenterrando los restos de un jefe guerrero. A la izquierda, la arqueóloga Mercedes Guinea, de la Universidad Complutense, y a la derecha, Julia Mayo, directora del proyecto de El Caño.
Desenterrando los restos de un jefe guerrero. A la izquierda, la arqueóloga Mercedes Guinea, de la Universidad Complutense, y a la derecha, Julia Mayo, directora del proyecto de El Caño.
Cecy López - Periodista
14 de octubre 2015 - 14:18

@CecybelLopez/La arqueóloga panameña Julia Mayo asociada al equipo de Instituto de Investigaciones Smithsonian, inició un proyecto el cual veía difícil completar, pero su presentimiento no falló. Como investigadora le intrigaba conocer más allá, todo lo que aprendió durante sus años de estudios universitarios. Sitio Conte, la llenaba de inspiración ya que su corazón presentía que allí había mucho más para descubrir, y así fue; inspirada en su país, sus raíces y conmovida por una cultura indígena, ella sabía que esa excavación daría con un hallazgo que ayudaría a contar una historia que dejaría un mensaje certero de Sitio Conte y su valor histórico.

En el 2005 inicia su expedición, decidida a desenterrar nuevas pruebas de la antigua sociedad, la cual había estudiado y tenía un conocimiento amplio gracias a los estudios que realizó Samuel Lothrop en 1937, arqueólogo de Harvad que viajó a Sitio Conte y descubrió monolitos y tumbas. Mayo, emprende su investigación, la arqueóloga panameña expresó a National Geographic que sus estudios sobre El Caño concluyeron que los hallazgos debían tener alguna conexión, de seguro habría más tumbas de guerreros jefes de la misma cultura, que sólo era cuestión de buscarlos.

La insistencia de la arqueóloga panameña Julia Mayo dio frutos.
La insistencia de la arqueóloga panameña Julia Mayo dio frutos.

En el año 2010 su insistencia dio frutos, el grupo había excavado un foso de casi cinco metros de profundidad, en el mismo se descubrió los restos de un cacique adornado con oro: Dos petos repujados, cuatro brazaletes, una argolla de cascabeles, un cinturón con cuentas de oro huecas y grandes como aceitunas, más de 2 mil esferas diminutas como si hubieran estado cosidas a una faja y centenares de cuentas tubulares que trazaban un patrón de zigzag en una pierna.

Para el año 2011 en la temporada seca, el equipo de Mayo excavó un segundo entierro, igual de rico como el primero. Ese entierro tenía dos corazas de oro al frente y dos en la espalda, cuatro brazaletes y una esmeralda, esta era sin duda la tumba de un jefe guerrero. Cerca de los restos del gran guerrero, yacía un bebe también adornado en oro y por debajo de ambos un número grande esqueletos humanos, posiblemente esclavos.

Mayo, sorprendida con el hallazgo, ya que su equipo encontró más oro en las paredes del foso, los artefactos marcaban los límites de otras cuatro tumbas. Sin duda había encontrado lo que tanto anhelaba, en un momento sintió temor al ver tanto oro, así lo expresó a National Geographic cuando dijo “Me quede sin habla por la fascinación y la preocupación”.

“Eran envueltos en tejidos o lienzos y cubiertos por platos y ollas. Se cubrían de cubiertas de madera y se colocaban incensarios y algunas vasijas con alimentos, hachas y flechas”, detalló la arqueóloga. “Todas las piezas recuperadas en las excavaciones tienen buena información de contexto. La mayoría de las piezas precolombinas que se exhiben en Colombia, Costa Rica, España o en Estados Unidos no tienen esta información”

Pruebas de radiocarbono dataron ambos enterramientos en 900 d.C., época en que comenzaba a desintegrarse la civilización maya.

Figura que representa un sacrificio a los dioses y en el pecho la joya de esmeralda da a conocer que intercambiaban objetos con otras culturas.
Figura que representa un sacrificio a los dioses y en el pecho la joya de esmeralda da a conocer que intercambiaban objetos con otras culturas.

El Caño encierra una rica historia de indígenas guerreros, una cultura que cuido su legado y hoy día poco a poco encajan las piezas de una civilización estructurada, organizada y guerrera. Este hallazgo conocido como “El Dorado de Panamá” en alusión a la mítica ciudad repleta de oro que buscaron los primeros exploradores españoles en América, ha sido el más importante en los últimos 70 años.

Si usted desea realizar una visita a este lugar para apreciar el sitio de estos hallazgos, la ubicación está en la zona arqueológica de El Caño, situada en la provincia central de Coclé, a unos 180 kilómetros de la capital panameña.

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