Desempleo en Panamá baja ligeramente, persiste informalidad

Trabajos en Panamá

El desempleo en Panamá ha crecido en un 18% producto de la crisis por la pandemia.
El desempleo en Panamá ha crecido en un 18% producto de la crisis por la pandemia. / Pixabay
Rekha Chandiramani - Corresponsal Digital
01 de noviembre 2021 - 07:55

Ciudad de Panamá/La pandemia ha desencadenado hechos nunca antes vistos en el país y en la región. La Cepal calificó esta coyuntura como “la mayor crisis económica que América Latina y el Caribe en su conjunto han experimentado en toda su historia desde que hay registros estadísticos a inicios del Siglo XX”.

Uno de esos efectos es el aumento del desempleo, que a inicios de la semana pasada previó la ministra de Trabajo, Doris Zapata que llegaría al 20%, un nivel inédito en los últimos 30 años. Pero el martes 26 de octubre la Contraloría General de la República actualizó la tasa de desempleo en 14.5% hasta junio pasado, luego de casi un año sin actualizar los datos. La medición anterior –septiembre de 2020- cifró el desempleo en 18.5%, superior incluso al registrado durante los peores años de la dictadura.

Para iniciar, dice el economista y profesor Luis Morán, hay un grave problema de diagnóstico, porque se están haciendo las evaluaciones de desempleo por periodos muy largos, cuando en la mayoría de países eso se mide mes a mes: “de partida, salimos mal en búsqueda de una recuperación sostenible”.

Varios economistas coincidían en que “fácilmente” el desempleo se podría disparar incluso por encima del 20%. Esto, sumado a que Panamá experimentó la contracción económica más grande de la región durante la pandemia, una creciente informalidad y un panorama incierto donde la cautela y el “downsizing” están marcando la tónica en la empresa privada, auguran años de recuperación antes de que se empiece a hablar nuevamente de crecimiento.

Paralelamente, la informalidad se disparó de 44.9% en 2019 a 52.8% en 2020, significando esto que 1 de cada dos trabajadores en Panamá está fuera de la estructura laboral “formal”, es decir, que carece de cobertura social y no está amparado por las leyes laborales. Esto se cuantifica con 777,162 empleos informales no agrícolas, que al sumar las cifras del empleo agrícola, podría duplicar la relación del empleo informal a 2 de cada 3.

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Solo entre 2019 y 2020, un cuarto de millón de personas quedó sin empleo en Panamá, totalizando 371,567 desempleados de una población económicamente activa de 2,003,258 personas, que encima incluye jóvenes a partir de los 15 años. El informe de Contraloría justifica el aumento “debido a la crisis sanitaria, lo que también derivó las diferentes condiciones laborales como lo son los contratos suspendidos y finalización de la relación de trabajo”.

Justo las restricciones que impuso el gobierno por la pandemia enviaron a 187 mil personas más al renglón de “inactivos puros” en 2020, que son los que no estaban buscando trabajo ni pensaban hacerlo en los próximos seis meses a la toma de los datos que publicó la Contraloría. Un crecimiento de 20% en comparación al año anterior.

Y según cifras oficiales, todavía permanecen suspendidos unos 100 mil trabajadores, cuyos contratos, según el Mitradel, deben ser reactivados el otro mes.

Para el economista Felipe Argote, tal recuperación podría demorar hasta cinco años porque “se quebró el tejido social y empresarial”, y el gobierno “sigue pensando que la mano invisible del mercado va a resolver todo”. Argote reiteró su crítica a la falta de un plan económico del gobierno que incluya “una agresiva inversión en planes de infraestructura” y contrastó la situación con otros países como Estados Unidos y Costa Rica, que este año ya se empezaron a recuperar de la caída del año pasado, e incluso pudieron aumentar el salario mínimo y mejorar la oferta laboral en medio de la pandemia.

Algunas medidas que implementaron los gobiernos en otros países de la región, tales como subsidios a la nómina salarial; extensión de los seguros de desempleo para cubrir otros eventos más allá del desempleo por causal de despido; más recientemente, subsidios para incentivar el regreso de los trabajadores suspendidos o para la contratación de nuevos trabajadores limitaron “significativamente” la pérdida de empleos formales de acuerdo a la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Pero en el caso de Panamá, no hay un seguro de desempleo y el subsidio estatal solo cubría un tercio del costo mensual canasta básica alimenticia.

Entre tanto, la peor parte se la llevan los trabajadores informales, que fueron impactados en mayor magnitud. Así, la dinámica futura del empleo formal “dependerá no sólo de la coyuntura económica sino de la implementación y continuidad de las medidas que apuntalen la creación de nuevos puestos de este tipo”; teniendo en cuenta que “existe un alto riesgo de informalización laboral que se suma a los ya muy elevados niveles de informalidad” en la mayor parte de los países de la región, informalidad que afectará en mayor grado a los jóvenes, las mujeres y los adultos con menores calificaciones, concluye la OIT.

Morán también plantea que en Panamá escasean las oportunidades para grupos más vulnerables, entre ellos las mujeres –en su mayoría en la informalidad- y jóvenes, cuyo desempleo supera el 40%. Para abordarlos, cree que debe existir mayor integración en las instituciones del gobierno, para optimizar recursos.

Otra cosa que debería estar haciendo el gobierno, explica Morán, es fortaleciendo las capacitaciones a trabajadores para mejorar competencias y fomentando la reinserción laboral; ambas cosas de la mano con el sector privado para que todo responda a la demanda laboral.

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