El proyecto que busca rescatar a jóvenes de las manos de la delincuencia

Jóvenes en riesgo

El vicario de la Basílica de Don Bosco, César Augusto Lacayo apuesta por la educación para cambiar a los niños y jóvenes en riesgo social.

Basílica de Don Bosco
Basílica de Don Bosco / TVN

Ciudad de Panamá, Panamá/El reloj marca las 9:00 am un grupo de niños y adolescentes empiezan a llegar a la Basílica de Don Bosco como todos los domingos para iniciar con el Oratorio Festivo. Ahí se les enseña la palabra de Dios, los valores de la puntualidad y obediencia, comparten, practican deporte y los escuchan. La gran mayoría de estos chicos se encuentran en riesgo social, viven en las áreas como Cabo Verde, Curundú y San Miguel, pero también llegan de otros puntos como Río Abajo, San Miguelito y hasta del área Este de la ciudad de Panamá.

Algunos de estos niños que viven en áreas más distantes llegan acompañados con un familiar y los que viven más cerca los van a buscar los voluntarios que trabajan en este proyecto junto con el vicario de la Basílica de Don Bosco, César Augusto Lacayo.

Los voluntarios son profesionales como maestros que dedican un día a la semana para ayudar a los chicos, pero también hay personas que antes fueron como estos niños y jóvenes y ahora que están adultos dan un poco de su tiempo, porque en estos pequeños se reflejan a ellos cuando eran jóvenes y necesitaron apoyo.

Tal es el caso de Jorge Moreno, quien ahora tiene 29 años. Él antes residía en Cabo Verde y desde los cinco años estuvo participando del Oratorio Festivo. Para Moreno, "es difícil, pero no imposible que ellos (niños y adolescentes) cambien y vean otra salida, que no solo es violencia y droga, hay otros caminos de bien para salir adelante de la mejor manera".

"Hay chicos que me han sorprendido sus cambios, que vienen de barrios muy fuertes con familias que todo es violencia, pero con la formación que se les ha dado en el Oratorio y los grupos juveniles los cambios han sido para bien", dijo Moreno.

Una de las historia que le marcó a Moreno, es la de un adolescentes que trató de ayudarlo, pero por presiones económicas y el mal ejemplo de su familia cayó en la cárcel. "Aquí tratamos de ayudarlos, ellos tienen una vivencia de fraternidad de hermandad, pero el ambiente donde ellos viven y las presiones que tienen eso también les afecta".

Johana Rutherford, es otra de las voluntarias desde el 2010 y cuenta que hay muchas situaciones que la han marcado en todo este tiempo en que ha servido como voluntaria, pero también hay cosas buenas. "Muchos de estos chicos que ahora son adultos se acuerdan y regresan aquí. Cuando escuchas que han logrado sus metas, que se han graduado del colegio, siguen sus estudios universitarios y son personas de bien, te alegras porque sientes que algo dejaste. Tenemos muchachos profesionales como uno que ahora es piloto y eso te alegra porque uno se siente orgulloso de sus logros".

"A veces escucho historias de estos jóvenes y uno quiere dar más, pero por circunstancias de la vida uno no puede, porque no somos los padres de ellos y siempre hay una persona de por medio. Tengo un joven de 16 años, que es huérfano de padre y madre, vive con su abuela, pero ella es bastante mayor y cuida a otros nietos. Vive en San Miguelito, en un ambiente fuerte, pero yo lo he apoyado y animado para que siga estudiando, él ahora mismo tiene un trabajo de medio tiempo y se mantiene estudiando", indicó Rutherford.

Johana comenta que hay muchos niños y adolescentes que tienen diferentes historias, pero por lo menos ese poco tiempo que pasan con ellos les sirven para desahogarse y ser escuchados. Algunos de estos chicos no tienen sus padres, otros su papá o mamá se encuentran en la cárcel por algún motivo, algunos no tienen qué comer y en la Basílica se les ayuda con eso.

Proyecto

El sacerdote César, explica que Don Bosco cuando inició su obra comenzó con su Oratorio Festivo que consistía en reunir a los jóvenes los fines de semanas que aprendieran a orar y amar en valores y lo que ellos hacen es continuar con esa obra ayudando a muchachos que se encuentran en riesgo social.

El objetivo del Oratorio Festivo, según el sacerdote, es de ofrecerle las herramientas a estos niños y adolescentes para que crezcan tanto humanamente como espiritualmente. Actualmente atienden a 100 niños y adolescentes (entre 8 a 17 años), pero el sacerdote aspira a construir un edificio propio y puedan atenderlo la semana completa. Tener especialistas como psicólogos, trabajadores sociales para que los atiendan, ya que han encontrado que muchos de estos chicos necesitan ayuda.

"Necesitamos recurso humano para atender a estos chicos. Nuestro sueño es de construir unas instalaciones propias y ser auto sostenibles. En estas nuevas instalaciones queremos tener salones para que los chicos una vez salgan de sus escuelas puedan hacer sus tareas, alguien que le de un reforzamiento escolar y que puedan recibir una alimentación, porque algunos de ellos no tienen comida en sus casas y de tener la posibilidad de becarlos inclusive en el Colegio Don Bosco", explicó el sacerdote

El sacerdote apuesta mucho por la formación y educación para tener un generación diferente. "Nosotros somos sacerdotes educadores, nosotros creemos que la formación del mundo y la sociedad es a través de la educación. Un muchacho bien educado es cambiar un mundo".

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