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Un estudio del Smithsonian expone a árboles jóvenes a crecer en ambientes controlados que simulan las condiciones que, según proyecciones científicas, regirán el planeta. El objetivo es anticipar las posibles consecuencias.
La investigación científica cuenta con seis domos especiales en los que se cultivan las plantas.
Se trata de un proyecto en el que, por medio de domos con ambientes controlados o " biodomos", se expone a ciertas especies de plantas del trópico a temperaturas elevadas durante periodos determinados. El objetivo del proyecto es comprender cómo la vegetación tropical, específicamente especies de árboles tropicales, responden a cambios atmosféricos y climáticos, explica Klaus Winter, científico del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI).
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El estudio empezó en julio 2015 en Gamboa y cuenta con seis domos, tres para tratamientos de control (aplicando las condiciones ambientales que existen en la actualidad) y los tres restantes para crear condiciones ambientales que incluyen temperaturas elevadas, altas concentraciones de dióxido de carbono y condiciones de sequía. Cada domo tiene un diámetro de 6 metros y una altura máxima de 3.5 metros.
"Podemos estudiar plantas hasta una altura de aproximadamente 3 metros, o sea árboles jóvenes. No es posible estudiar árboles maduros. Estudiamos árboles de especies pioneras como Ficus insipida y Ochroma pyramidale y árboles de especies de sucesión tardía. Hasta ahora hemos realizado varios experimentos de crecimiento en los cuales la temperatura fue incrementada a 5 grados centígrados y la concentración de dióxido de carbono fue incrementada a aproximadamente 1000 ppm (partes por millón). Hasta ahora, 13 investigadores estuvieron involucrados en los estudios", detalla Winter, investigador principal.
Klaus Winter es científico del STRI y líder del proyecto.
Existen múltiples estudios científicos alrededor del mundo que han cultivado plantas con concentraciones elevadas de dióxido de carbono y de temperaturas, y en la mayoría de estos experimentos se han estudiado ambos factores por separado. En cambio, el proyecto del STRI los combina. Winter explica: " Ya que el incremento de temperatura es consecuencia del incremento de dióxido de carbono, hay que observarlos juntos. Generalmente, un aumento de dióxido de carbono, solo, estimula el crecimiento de la mayoría de las plantas (dependiendo de la fertilidad del suelo) y, en contraste, un aumento de la temperatura, sola, tiene efectos negativos".
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En el caso particular del trópico, se han realizado muy pocos experimentos similares, destaca el científico.
Entonces, ¿qué efectos podría causar el calentamiento global proyectado en las plantas? Winter dice que aún es difícil responder esta pregunta porque existen numerosas variables pendientes de estudio (especies de plantas, fertilidad del suelo o disponibilidad de agua en el suelo, entre otros factores).
"En algunas áreas tropicales el cambio climático está asociado con reducción del régimen de lluvias (lo cual tiene efectos negativos). En cambio, en otras áreas tropicales puede haber más lluvias (...) Hasta ahora, nuestros experimentos muestran que el crecimiento de árboles jóvenes es relativamente resistente al efecto combinado de incremento de temperatura y dióxido de carbono, siempre que el contenido de agua del suelo sea alto, o sea en ausencia de sequía".
El proyecto de los "biodomos" se mantendrá cultivando más especies de árboles y más adelante contará con experimentos que incluyan las condiciones de sequía.