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Escritor despojado de su nacionalidad hace una radiografía del 'régimen familiar' en Nicaragua

Bloque 1 De Frente: Escritor Sergio Ramírez

Ciudad de Panamá, Panamá/Dictadura, tiranía, satrapía, todo lo que signifique supresión de las libertades públicas, de las instituciones democráticas, imposición de la voluntad de una persona sobre los demás y arbitrariedad”, así califica lo que está sucediendo en su país, el escritor nicaragüense, y ganador del premio Cervantes de 2017, Sergio Ramírez, en una entrevista en De Frente con Sabrina Bacal.

El escritor es una de las voces más reconocidas de los exiliados y desnacionalizados por el régimen de Daniel Ortega y su esposa, Rosario Murillo.

Ramírez coordina la posibilidad de hacer en Panamá, el Festival Centroamérica Cuenta en 2024.

Despojo de la nacionalidad

El despojo de la nacionalidad como nicaragüense, tanto a Ramírez como a 300 ciudadanos, y el despojo de su título de doctor, es para el escritor, “una muestra de debilidad, porque siempre un régimen de esta naturaleza se está escapando hacia adelante, los excesos demuestran debilidad. Un régimen que se sabe dueño de la situación usa cierta mesura, busca conservar ciertos equilibrios de prestigio internacional y no se lanza a la calle atropellando a todo el mundo”.

Ramírez es en este momento uno de los opositores más visibles y tiene la particularidad de haber sido vicepresidente en el primer gobierno de Ortega, sin embargo, dijo que el objetivo final del presidente de Nicaragua, “es perpetuarse él y su familia en el poder, de manera indefinida y de hacerse con todos los entes, tener un control político y social en su totalidad”.

Régimen familiar

El escritor calificó como régimen familiar, en el cual “marido y mujer se han repartido las funciones públicas y de represión, y pretenden heredad este poder a sus hijos”.

Recalcó que la realidad en América Latina y particularmente en Nicaragua es excesiva, que para un novelista es difícil de prever.

Derechos humanos

A la violación de los derechos humanos, cierre de medios, oenegés se suma la persecución a la Iglesia católica, por lo que Ramírez indicó que la comunidad internacional presta atención moderada de lo que ocurre en Nicaragua.

Este es el segundo exilio de Ramírez, él primero fue con el régimen de Anastasio Somoza.

Para el novelista, en estos momentos la democracia tiene muchos riesgos en la región, con casos de deterioro y ataque a la institucionalidad, el poder judicial y otros entes.

Papel de medios independientes

Asumir su rol, el rol de la prensa es decir la verdad, cualquiera que sea el costo”, opinó el escritor, quien considera que no hay democracia con medios de comunicación ausentes o con “cerrojos”.

Literatura en tiempos convulsos

El escritor reiteró que la literatura tiene un papel importante, es testimonial. “El escritor es un testigo, un libro de ficción no toma partido, expone, se mete dentro de los acontecimientos y deja que el lector elija sus conclusiones”.

Agregó que los novelistas cuentan “mejor la historia que los historiadores, porque lo hacen de manera más atractiva y el lector puede sentirse mejor, metido dentro de la atmósfera de una novela que, dentro de un libro de historia árido, con notas de pie, etc.”.

Festival Centroamérica Cuenta

Este festival nació en Nicaragua hace 10 años, en un esfuerzo de juntar a escritores centroamericanos con otros de diferentes latitudes. Aunque en su comienzo fue modesto, actualmente es un evento internacional.

Este año se realizó en República Dominicana, con más de 80 participantes, 30 mesas de conversación, talleres de formación literaria, periodismo y reportajes que los periodistas salen a hacer en ciudades sedes y luego se publican en el diario El País.

Ramírez destacó la participación de importantes escritores, lo que se convierte en un atractivo cultural. Se coordina realizar en Panamá el próximo año.

El novelista instó a Panamá a cuidar la democracia, abonarla y regarla como una planta todos los días. “Hay que defenderla, no dejar que se deterioren las instituciones”, acotó.

Democracia en El Salvador

En cuanto a lo que para muchos ciudadanos es un referente con respecto al gobierno de Nayib Bukele en El Salvador, e incluso lo que ya se escucha en América Latina, de que se necesita un hombre fuerte, Ramírez sostuvo que “es un peligrosísimo canto de sirena”.

No se debe escuchar a aquellas voces que piden suprimir o limitar la democracia en aras de la seguridad pública. No es un asunto de represión nada más, de meter en la cárcel a 60,000 delincuentes, las pandillas se combaten con alteraciones en la realidad social y económica del país, la justa distribución de la riqueza, buscar cómo los ingresos estén bien distribuidos, esos son los remedios de fondo para crear la verdadera seguridad en un país, pero construir cárceles para 60,000 personas, es una negación absoluta de la democracia”, sentenció.

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