Participó en el 'robo del siglo' y fue descubierto por este increíble detalle

En agosto de 1997, Europa quedó paralizada por lo que pronto sería conocido como “el robo del siglo suizo”.

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En una operación meticulosamente planeada, un grupo de 14 hombres logró robar 53 millones de francos suizos, una cifra colosal, de la oficina de correos de la calle Fraumünster, en el corazón de Zúrich. El audaz asalto, protagonizado por criminales suizos e italianos, dejó al continente en estado de shock, marcando un hito en la historia de los atracos millonarios.

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Uno de los nombres que rápidamente se destacó fue el de Dieter Muller, un joven suizo de apenas 21 años que jugó un papel clave en el atraco. Según las investigaciones, no solo participó activamente en el robo, sino que fue uno de los cerebros detrás de la operación. El robo, que parecía impecable en su ejecución, tuvo un giro cuando el ladrón, confiado en su éxito, comenzó a cometer pequeños pero reveladores errores que terminarían sellando su destino.

Tras el atraco, Muller huyó a la costa española, donde su afición por el lujo lo delató. Se instaló en una mansión de ensueño y llevó un estilo de vida que, aunque discreto a simple vista, pronto atrajo la atención de las autoridades. Los rastros de su fortuna mal habida comenzaron a evidenciarse: depósitos de dos millones de dólares en un banco local, la compra de un BMW de alta gama, y su intento de adquirir un chalet en Almoradí. Pero fue su extravagancia en restaurantes de lujo, propinas desmedidas y largas jornadas de apuestas en casinos lo que llamó la atención de las autoridades locales y europeas.

Lo que podría haber sido una huida perfecta comenzó a desmoronarse debido a estas extravagancias. La policía española, alertada por los movimientos sospechosos de Muller, inició una intensa persecución que culminó tras 20 kilómetros de carrera frenética. Él y su novia, Marinalva, fueron arrestados en uno de los operativos más sonados de la época, logrando las autoridades recuperar cerca de 15 millones de dólares del botín.

El arresto, pocos días después del asalto, sorprendió por la rapidez con la que fue capturado y por su juventud. Para entonces, el joven ya se había convertido en uno de los delincuentes más buscados de Europa, no solo por la magnitud del robo, sino también por la osadía con la que había dirigido el golpe. A pesar de la sofisticación del plan y la magnitud del robo, fue su estilo de vida ostentoso y su arrogancia lo que llevó a su caída. Según los investigadores, su incapacidad para mantener un perfil bajo y su impulso por gastar sin medida fueron los detalles que permitieron su captura.

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