Producen película sobre el papa Francisco

"Francisco. El padre Jorge" es la historia del primer latinoamericano y primer jesuita que llega a papa. Una película que narra el periplo vital del argentino Jorge Mario Bergoglio, un hombre que ha imprimido un estilo nuevo al Vaticano.

Imagen del filme cedida por Wanda Films.
Imagen del filme cedida por Wanda Films. / EFE
Efe
24 de septiembre 2015 - 21:01

Una tarde lluviosa, la del 13 de marzo de 2013, la plaza romana de San Pedro del Vaticano estaba llena de fieles cuando se pudo ver la fumata blanca y la multitud prorrumpió en aplausos. Poco después podían conocer al papa Francisco y escuchar sus primeras palabras: "Sabéis que el deber del cónclave era dar un obispo a Roma. Parece que mis hermanos cardenales han ido a buscarlo casi al fin del mundo; pero aquí estamos. Os agradezco la acogida".

Empezaba así el papado del argentino Jorge Mario Bergoglio, un jesuita con buen humor, maneras suaves y directas, que da constantes muestras de sencillez en su vida diaria y al que la mayor parte de los fieles adoran.

Pero hasta llegar a esa fría tarde de primavera Bergoglio había recorrido un largo camino, el que relata ahora la película "Francisco. El padre Jorge", una coproducción hispano argentina dirigida por el español Beda Docampo.

Basada en el libro "Francisco. Vida y Revolución" de la corresponsal en el Vaticano Elizabetta Piqué, la cinta, que termina en el momento en que Francisco es elegido, profundiza en la figura de Bergoglio a través de Ana, una periodista española, que tras conocerle en el cónclave de 2005 -en el que fue elegido el hoy papa emérito Benedicto XVI- viaja a Argentina, para escribir un libro sobre el entonces arzobispo de Buenos Aires, para lo que mantiene largas conversaciones con el futuro Pontífice.

Un argentino muy porteño

Y el elegido para dar vida al papa ha sido el actor argentino Darío Grandinetti ("Relatos salvajes"), quien confiesa que no es religioso pero no oculta su admiración por Bergoglio, de quien le conmueve "su fe y la manera en la que la lleva adelante, callejeando, poniendo el cuerpo, yendo, hablando", explicó en una entrevista con Efe.

Francisco es "un argentino muy porteño, además tiene nostalgia de Buenos Aires", asegura el actor, quien se pudo reunir brevemente con el papa, tras acudir a una de sus audiencias para conocerle, aprender a caminar y moverse como él porque, para poder preguntarle las cosas que hubiera necesitado, "me habrían hecho falta dos o tres horas y ya sabía que no las iba a tener", indica el actor.

"Cuando lo fui a ver a la audiencia -recuerda- me sorprendió ver que es un hombre que habla y escucha de verdad, conecta de verdad y no te 'pone la cara' porque es el papa y tiene que hacerlo. Y no me parece que (sus declaraciones sobre temas polémicos) sean respuestas preparadas".

"Ahora que es el sumo pontífice de la Iglesia católica tiene otras responsabilidades y otras posibilidades, pero sigue siendo ese hombre que opera en función de los que menos tienen, adaptándose a los nuevos mundos, a las nuevas maneras" señala Grandinetti, para quien "ver a alguien que hace lo que dice no es habitual".

Ponerse en la piel de un persona viva no es fácil y menos si se trata de alguien tan reconocible como Jorge Mario Bergoglio, cuya exposición pública es constante y de quien todo el mundo tiene una opinión. Pero, para Grandinetti, el vértigo por hacer este tipo de personaje "viene antes de rodar. Luego uno se pone a trabajar y ya se quita eso de encima, porque la mochila con la que vas ya tiene bastante peso. Y, cuando acabas y la tienes que presentar, vuelve el vértigo".

Hombre comprometido

"Francisco. El padre Jorge" habla de Jorge Mario Bergoglio, no del papa y "es pura ficción", acota el director Beda Docampo, quien recibió el encargo de hacer la cinta y quería saber "quién era ese hombre de 75 años que, de repente, llegó a convertirse en papa" y se preguntó "si era distinto antes de serlo".

Por ello habla de su juventud, de su primera novia -"que lo deslumbró y casi nos quedamos sin papa", comenta Docampo-, de sus amigos y "sus quince años como arzobispo de enorme poder. Y, lo que más perplejo te deja después de estudiarlo, es ver que jamás uso ese poder en beneficio propio".

El director asegura que no se trata de una película complaciente y que solo ha buscado mostrarle como es. "Es el relato de un ser humano excepcional y sobre el que no encontré lados oscuros, que ha sido lo que más me sorprendió", indica el cineasta.

Para Docampo, que no conoce personalmente a Bergoglio, el "papa que vemos ahora es la continuación de lo que ya hacía y nosotros no conocíamos, como su dedicación a los pobres, la lucha contra la corrupción, las drogas o la trata de mujeres".

La actriz española Silvia Abascal, que da vida a Ana, asegura que al meterse en los orígenes del papa y ver "su enorme vocación, su lucha contra la corrupción y contra la explotación laboral", ha reafirmado algunas cosas que intuía sobre Francisco: "Es aire fresco, y por eso, a veces incómodo, pero es que a veces, la incomodidad es muy buena".

Hasta el momento "Francisco. El padre Jorge" ha recibido críticas dispares, en Argentina y España, países donde se ha estrenado, pero Grandinetti concluye que le gustaría que quien viera la película "entienda que este papa, que nos tiene tan favorablemente sorprendidos a todos, no se hizo hombre bueno de golpe, o que empezaron a preocuparle los pobres cuando le nombraron".

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