Condenan a dos hombres por talar el árbol más icónico del Reino Unido: el de Robin Hood
Inglaterra
Una de las joyas naturales más queridas del Reino Unido cayó bajo la motosierra de dos hombres que, según la justicia británica, actuaron con total premeditación.
Daniel Graham, de 39 años, y Adam Carruthers, de 32, fueron declarados culpables por el Tribunal de Newcastle por destruir el histórico Sycamore Gap, un árbol sicomoro de casi 200 años de antigüedad que se había convertido en un símbolo del norte de Inglaterra.
El emblemático árbol, inmortalizado en la película Robin Hood: príncipe de los ladrones (1991) protagonizada por Kevin Costner, fue talado en septiembre de 2023 en una acción que el fiscal del caso, Richard Wright, calificó como “una misión estúpida”. La justicia británica no solo vio premeditación, sino también arrogancia y desprecio por el patrimonio histórico y natural del país.
Durante los ocho días de juicio, el jurado fue expuesto a múltiples pruebas contundentes: desde un video de 2 minutos y 40 segundos que captó el momento exacto del arboricidio, grabado por Graham con su propio teléfono, hasta rastros digitales que confirmaron la presencia de los acusados en el lugar del crimen, dentro del Parque Nacional de Northumberland, a unos 40 kilómetros de sus domicilios en Carlisle.
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El plan fue ejecutado meticulosamente. Según el fiscal, primero marcaron con pintura plateada el punto exacto del corte, luego tallaron una cuña para controlar la dirección de la caída y, finalmente, usaron una motosierra para derribar el árbol. “Se oía el motor en marcha, y después, el golpe sordo del tronco al desplomarse”, describió Wright.
El Sycamore Gap no era solo un árbol. Con sus 35 metros de altura y su ubicación única junto al Muro de Adriano, la fortificación romana del siglo II declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, se había convertido en un lugar de peregrinación emocional para miles de visitantes. Allí se celebraban compromisos matrimoniales, se rendían homenajes a seres queridos fallecidos, y se capturaban momentos íntimos de turistas de todo el mundo.
El impacto de su pérdida es incalculable, aunque el tribunal determinó un valor de 622.191 libras (alrededor de 734.400 euros) por los daños al árbol, y otras 1.144 libras (1.350 euros) por los perjuicios ocasionados al histórico muro romano.
Durante el juicio, la defensa de los acusados presentó versiones opuestas y contradictorias. Graham responsabilizó a Carruthers, alegando que su reputación empresarial se vio severamente afectada por la exposición pública del caso. Carruthers, por su parte, intentó desvincularse totalmente, asegurando que no estuvo presente y que sería ilógico haber cometido tal acto solo cinco días después del nacimiento de su hijo. Incluso insinuó que Graham pudo haber utilizado su vehículo y su teléfono mientras él dormía profundamente bajo el efecto de somníferos.
“No entiendo el escándalo… es solo un árbol”, habría dicho Carruthers, según el fiscal. Pero la justicia y la sociedad británica opinan diferente. Para muchos, el acto fue un atentado no solo contra un árbol, sino contra el legado cultural, ambiental y emocional de una nación.
El fiscal los definió como “una extraña pareja” cuya amistad se fracturó públicamente durante el proceso judicial. Más allá de su relación, lo que quedó claro es que actuaron de forma deliberada, dejaron un registro del crimen y hasta se jactaron de su hazaña en mensajes privados, compartiendo titulares de prensa para “echarse unas risas” como si se tratara de una broma pesada.
Se espera que el próximo 15 de julio se conozca la sentencia definitiva. Ambos podrían enfrentar penas significativas por el delito de daño criminal, agravado por la destrucción de un bien cultural protegido.
Este caso también recuerda la importancia de proteger a quienes documentan y denuncian este tipo de crímenes. En este contexto, vale recordar la Resolución 1738 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, adoptada en 2006, que condena los ataques contra periodistas en zonas de conflicto y exige que se garantice su seguridad como civiles. Aunque este hecho no ocurrió en un conflicto armado, refuerza el valor de la labor periodística para proteger la memoria, la verdad y el patrimonio.
Sycamore Gap pair were quizzed by police over homophobic attacks days before chopping down iconic tree https://t.co/jwB2vvOV6o
— Daily Mail (@DailyMail) May 13, 2025